miércoles, 7 de marzo de 2007

Cambios

El tiempo ha cambiado bruscamente. Ayer a las tres, cuando me detuve en la carretera comarcal para observar el cuerpo de un jabalí atropellado, lucía el sol sobre los campos de color esmeralda y los almendros blancos; hoy a la misma hora llovía en forma de ráfagas violentas que agitaban el coche y hacían caer los pétalos de los árboles.

Al llegar a casa me he dado cuenta de que un pequeño charco de agua se había infiltrado por la puerta de la terraza, así que he ido a buscar un periódico viejo para repartir sus hojas sobre la zona. Siempre me pasa lo mismo: qué interesantes me parecían ahora los artículos y noticias que había dejado pasar de largo en su día. Han tenido que llamarme a la mesa por tercera vez para que dejase de leer las páginas que a continuación iban a absorber la lluvia invasora.

8 comentarios:

giovanni dijo...

Casi de la misma manera estoy leyendo esta entrada vieja tuya, que me encanta. Sobre todo me encanta esa 'gira' que surge del pequeño charco de agua. Genial. O si prefieres: bien observado y bien escrito. Mes compliments !
También me gusta esa llamarte a la mesa por tercera vez.

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Giovanni, ¿acaso no es verdad que sucede eso? Uno tiene un montón de revistas a las que no ha hecho demasiado caso y el día que decide tirarlas al contenedor de papel se pone a leerlas y todas le parecen interesantes. Qué cosas.

:-)

giovanni dijo...

A mí me pasa también con los diarios y las revistas viejas. A veces leo algo en un diario sin mirar la fecha y veo que es 'viejo'. Todo lo que pasa es viejo y cuando vuelve a pasar (y eso es buena parte de las noticias) se vuelve viejo otra vez.

Han habido noches en que no podía dormir y me puse a leer las noticias de los años 30, 40, 50. Muy interesantes.

Jesús Miramón dijo...

Me doy cuenta de que esta entrada la escribí hace cinco años. Carlos tenía nueve años y Paula catorce. Cinco años felices en su mayor parte. ¿Cómo puede escribirse un diario desde la felicidad, desde el bienestar? ¿Tiene algún interés?

Un abrazo.

giovanni dijo...

Tiene mucho interés, pondrá 'el mundo' al revés. El mundo de noticias actuales, de conflictos, accidentes, dramas y pesadillas (actuales y futuras), será visto de otra manera y, tal vez, como algo que se tendría que terminar en vez de continuar 'para tener noticias'.

Se puede continuar esta reflexión y ampliarla y profundizarla.

Un abrazo

giovanni dijo...

Me expresé mal: quería decir que el mundo actual de noticias es dominado por conflictos, accidentes, dramas y pesadillas como si fuera el mundo 'normal' y que un mundo de noticias que enfatizara lo bueno de las gentes y de la sociedad que creen y mantienen (a nivel local, regional, nacional e internacional) hará ese mundo 'normal' de noticias malas menos normal e incentivaría a mejorarlo y solucionar los problemas de ese mundo 'normal' que se pueden solucionar incluyendo los conflictos, dramas y pesadillas (sociales y ecológicas).

Jesús Miramón dijo...

Hay un relato de Ray Bradbury, buenísimo como todos los suyos, que se titula "El convector Toynbee", no sé si lo has leído. Un científico viaja cien años al futuro en su máquina del tiempo, que da título al cuento, y al regresar consuela a los miles de millones de personas que habitan un planeta colapsado de que el futuro es mejor, se reconstruyeron ciudades y pueblos, se limpiaron ríos y lagos, se purificó el aire, se acabaron las guerras, se lanzaron estaciones solares al espacio para iluminar el mundo, se colonizó la luna, se curaron las enfermedades más terribles. Y para demostrarlo trae fotos del futuro, pruebas, cintas grabadas, películas de su fantástico viaje al futuro de la humanidad. El cuento comienza cien años después, cuando todo el mundo se congrega, en un planeta exactamente igual al que el viajero había visto, para verlo aparecer en el cielo. El científico, que todavía vive y tiene ciento treinta años, asiste a un evento que no sucederá pues su viaje fue un fraude maravilloso. En un mundo lleno de malas noticias, apocalíptico y condenado a su autodestrucción, sin esperanza ni luz, el único modo de actuar consistía en convencer a la humanidad de que el futuro era mejor, demostrárselo con trabajadas maquetas, películas falsas y una máquina que nunca más pudo volver a ensamblar. Cómo somos los seres humanos que saber que el futuro era maravilloso desarmó la melancolía y el nihilismo para hacerlo realidad.

En fin, es difícil de resumir, pero trata de lo que tú dices. Son necesarias más buenas noticias, que de hecho existen. Vivimos inmersos, sobre todo ahora, en plena crisis económica, en un estado permanente de angustia y desesperación al que las noticias contribuyen. Nos vendría bien que un viajero del tiempo aterrizase entre nosotros y nos comunicase que el futuro de nuestro planeta se salvó, que colonizamos el espacio y aprendimos a convivir y compartir los recursos del universo sin esquilmarlo. Tal vez un acontecimiento así, como las buenas noticias, como la suma de tantas pequeñas felicidades domésticas que sí existen ahora, apagaría nuestro derrotismo y encendería una esperanza arrasadora.

Un abrazo.

giovanni dijo...

No conozco el relato de Ray Bradbury. Me llama la atención de que el protagonista es un científico. Pueden los científicos mejorar el mundo? Algunos sí, otros no. Tengo la impresión de que la mayoría de los economistas han empeorado el mundo en vez de mejorarlo, pero no podemos echarles la culpa solamente a ellos y ellas. Pero muchos de ellos/ellas siguen ejerciendo un papel 'nefasta'. Es 'nefasta' una palabra apta, justa?

Y si no son solamente ellos y ellas, los economistas (la mayoría de ellos siguen siendo hombres), quienes más tienen la culpa?

Son los políticos y los gobiernos que han dado el poder financiero y económico a 'los mercados financieros' y las instituciones financieras que operan en ellos, los culpables principales?

Somos nosotros, que hemos votado a los políticos que nos gobiernan y/o dominan, también culpables?

Cómo cambiar la cosa? Cómo transformar nuestras sociedades manejadas en parte de manera dictatorial por tecnócratas y políticos y grupos económicos que tienen poca visión, en democracias de verdad con más visión? Es posible?

Tantas preguntas...

Un abrazo