domingo, 28 de marzo de 2010

Vigesimoctavo día

Es agradable cruzar el umbral de la puerta del hogar. Me sirvo una copa, subo a mi guarida, abro la puerta de la terraza y salgo al exterior. Las plantas han despertado al fin en forma de yemas oscuras en las ramas claras de los hibiscos. Atardece. De las nubes superiores se desgajan otras en forma de gasa que se tiñen suavemente con la última luz del sol. Un mirlo, el mismo del otro día, estoy seguro de ello, canta en la misma antena de televisión. Habrá anidado cerca de aquí, tal vez en el pequeño parque de al lado. Qué bueno está el bourbon con hielo. Sí, es agradable estar de vuelta en casa.

2 comentarios:

Elvira dijo...

¿Sabes que no conseguí oír al mirlo del enlace que dejaste el otro día? Nada, no me sale por ningún sitio... o estoy muy torpe, que también puede ser. :-)

¡Qué bueno llegar a casa cuando es un lugar amable y acogedor!

Jesús Miramón dijo...

Elvira, prueba a picar con el botón derecho del ratón sobre el enlace, opción guardar o guardar como, para descargarlo en tu disco duro, ya verás como así podrás escucharlo como un archivo mp3 cualquiera. Ya me dirás.