sábado, 16 de octubre de 2010

Decimosexto día

Hace quince días una señora de Barbastro me regaló una bolsa de almendras de su campo. Esta tarde las he cascado con un martillo, las he escaldado en agua hirviendo con sal para que la piel se suelte fácilmente al comerlas, y después de secarlas con un trapo las he tostado en la bandeja del horno. Todavía calientes estaban buenísimas. La señora en cuestión suele pasar con cierta frecuencia por mi lugar de trabajo, si vuelvo a verla ojalá recuerde decirle que no hubiese cambiado sus almendras recién tostadas por todas las trufas y todo el caviar del mundo. Se pondrá contenta y además es verdad.

12 comentarios:

Fàtima T. dijo...

Mmmm, qué ricas están así. No tienen nada que ver con esas almendras de bolsa que venden en los supermercados.

Saludos.

NáN dijo...

En estos tiempos que todo es tremolina, qué bueno que alguien te rceuerde que la buena vida es el cuidado de las cosas pequeñas.

No me equivoqué al convertir tus palabras en lectura fija.

Jesús Miramón dijo...

Tienes razón, Fàtima, no tienen nada que ver con las de fábrica. Aparte de que las prepara uno mismo es que son el fruto de un regalo, ¿qué más se puede pedir?

Jesús Miramón dijo...

Nán, dices: la buena vida es el cuidado de las cosas pequeñas, y no puede decirse mejor.

Elvira dijo...

Totalmente de acuerdo con los tres. Besos

Jesús Miramón dijo...

El de hoy ha sido un agradable domingo. Por luz, por temperatura, por calma. Besos, Elvira.

Berna Wang dijo...

Me he traído una bolsa con almendras de los almendros de mi ex jardín. Cualquier tarde de estas haré almendras garrapiñadas con la receta que me dio la señora Generosa :)

Jesús Miramón dijo...

¿Tu ex-jardín? ¿Ya te has mudado? ¿Ya no somos casi vecinos?

Berna Wang dijo...

Sip, en septiembre bajé a Madrid a buscar nueva casa, la encontré y me mudé el dia 4 :-(

Ahora estoy en Piñuécar, en la Sierra Norte de Madrid. Cuarenta habitantes en invierno, mil y pico metros de altura... :-) Y a 83 km. de Madrid, en lugar de 500, lo que es un gran alivio :-)

Prometiste bajar a Madrid un día de estos, ¿no? ¿Ya has venido?

Berna Wang dijo...

Pero subiré a Panillo seguramente en marzo...

Jesús Miramón dijo...

Qué pena, de verdad, aunque me alegro por ti, estarás más cerca de los tuyos. Al final no bajé a Madrid, algún iré, imagino, es una visita pendiente y además no he estado nunca allí. Si vienes en marzo (madre mía, parece que falte un siglo hasta entonces) y tienes tiempo y te apetece me llamas y quedamos a tomar unas cañas, ¿vale? Un beso.

Berna Wang dijo...

a mí también me da penita, pero al mismo tiempo estoy muy contenta de poder pasear al sol con mis padres, ir con mi madre a una exposición... Todavía estoy descolocada, no del todo aquí (no llevo ni tres semanas) y a veces echo de menos Panillo. En fin, nos volveremos a ver porque vamos a hacer lo posible para ello, ¿vale? :-)