lunes, 8 de noviembre de 2010

Borrador

Sueño con una almazara cerca de la playa. En alguna parte hay un campamento de jóvenes. Conozco a unas chicas, hablamos junto al mar. Yo también soy mucho más joven, tal vez adolescente. La Playa. La costa. Casas de pescadores. Una plaza. La prensa comprime las olivas. El aceite virgen cae en un depósito de plástico. Una voz adulta dice detrás de mí: «¡Es extraordinario!».

7 comentarios:

NáN dijo...

Sí, son extraordinarios los sueños en los que estamos claramente más jóvenes, pero tenemos conciencia de que el que sueña no lo es.

También es extraordinario que al prensar las olivas salga ese oro dorado.

Por no hablar de esa voz adulta que está detrás de todo.

Jesús Miramón dijo...

Por la mañana apunté retazos de lo que había soñado y guardé el borrador por si de ahí podía salir alguna cosa, pero por la tarde no salía nada hasta que decidí dejarlo así, el borrador tal cual. Qué raro es soñar. Cada noche miles, millones de personas soñando en la cara oscura de la tierra.

Miguel Baquero dijo...

Es un sueño dorado, como el color del aceite cayendo.

Jesús Miramón dijo...

El otoño también es dorado con tantas hojas secas y el maíz en sazón.

Ayer me dijo un agricultor, indignado y triste a la vez, que el kilo de olivas lo estaban pagando este año a treinta céntimos.

Desde la carretera ya se ve nieve en la cordillera

NáN dijo...

El Mercado sin Atributos. Un día podemos hablar de la política agraria europea. (Pero que tarde en llegar ese día, porque el disgustazo será tremendo).

Gemma dijo...

A mí me parece un borrador muy acabado. Vamos, que así tal como está, escrito como a brochazos, me parece todo un acierto.
Un abrazo, Jesús

Jesús Miramón dijo...

A brochazos. Me gusta esa expresión. Gracias, Gemma. Un abrazo.