domingo, 20 de febrero de 2011

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Limpiar anchoas en salazón requiere paciencia: se colocan bajo el agua del grifo, se abren con los dedos, se extrae la espina y se lavan sin prisa. Estas son de La Escala, en Gerona. Vivimos en Bañolas muchos años y la playa más cercana a nuestra casa era precisamente la de Ampurias, junto a La Escala. Algunos domingos de invierno como el de hoy solíamos ir a pasear por allí. Todavía no habían construido las instalaciones de los juegos olímpicos de Barcelona y la estrecha carretera paralela al mar estaba abierta al tráfico. Caminábamos descalzos por la playa desde el hostal Empúries hasta el pequeño y encantador pueblo de Sant Martí, pasando junto al antiguo muro del muelle griego. Si dejo de limpiar anchoas y cierro los ojos puedo volver a sentir la arena fría bajo los pies.

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