miércoles, 8 de marzo de 2017

Testículos de tontolabas

Mi madre tiene setenta y seis años, mi compañera cincuenta y tres, mi hermana cuarenta y tres y mi hija veinticuatro. Mi padre, sin ser consciente de ello, siempre fue y es feminista; yo y mis hermanos lo aprendimos de él; mi cuñado, al que queremos todos con locura, también lo es. Lo que quiero decir sin demasiados filtros es que conozco a muchos hombres feministas.

Mi pareja cobra, afortunadamente para nuestra unidad familiar, un salario más alto que el mío, por lo cual tomé un año de excedencia por cada uno de mis dos hijos, en 1992 y en 1997, para hacerme cargo de ellos mientras su madre iba a trabajar. Una vecina en el ascensor me preguntó una mañana si estaba en el paro.

La jefa de la agencia comarcal de la Seguridad Social de Barbastro donde trabajo es una mujer maravillosa que se llama Sofía. La quiero mucho, como a mis otras compañeras y ahora también a César, que vino hace un año, un tipo estupendo y tan friki o más que yo.

Dicho todo esto: sé que lo que acabo de escribir no es lo normal, y lo sé porque trabajo atendiendo a decenas de personas cada día. Maridos que delante de mí le dicen a su mujeres que se callen. Recuerdo el caso de una viudedad en la que la hija le dijo a su madre: "Al fin descansarás de ese hijo de puta, mamá". Eso ha sucedido delante de mí.

Odio "Los días de". Sobre todo el día de la poesía (sí, existe semejante gilipollez). Pero hoy es el día de la mujer, y estadísticamente cobran un salario un veintiocho por ciento menor que los hombres, y, también estadísticamente, se hacen cargo de todas las tareas de una casa y, sobre todo en algunos países musulmanes, no tienen derecho siquiera a conducir un coche.

Sé que existe esa realidad aunque no sea la que conozco en mi entorno, y por eso esta noche reivindico con todas mis fuerzas el elemental derecho de las mujeres a tener los mismos derechos y salarios que nosotros, los hombres. Será el único "día de" al que voy a prestar atención, porque ellas son lo mejor de este miserable mundo hecho a la medida de nuestros pequeños testículos de tontolabas.

Yo amo muy personalmente a las mujeres que mencioné en el primer párrafo de este texto; también, genéricamente, amo al conjunto de mujeres del mundo entero, aunque tal vez esto, me doy cuenta, pueda parecer una perversión. Pero no lo es.

4 comentarios:

arponauta dijo...

:-)

Mayte dijo...

Os necesitamos. Te necesitamos.

Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Y aquí estaremos. El otro día leí en alguna parte que el propósito del feminismo es que llegue el día en el que no sea necesario, y para ello todos, mujeres y hombres, tenemos que actuar y ejercer y sobre todo dar ejemplo a nuestros hijos e hijas.

Cosas que no escribí ayer:

- Los primeros hijos de mis padres fuimos mi hermano gemelo y yo, y coincidió con su mudanza a Zaragoza por motivos de trabajo. Mi padre arrimó el hombro desde el primer instante, de hecho se nos repartían entre los dos. Si pienso en mi padre cuando era pequeño, fuera de llas muchísimas horas que trabajaba en la construcción, lo veo cocinando, limpiando, recogiendo cosas, compartiendo con mi madre el mucho trabajo que dábamos dos hijos de la misma edad. Cuando luego llegaron mis otros hermano y hermana, la cosa siguió igual. Ahora que mi madre está un poco enferma él, a sus ochenta años, se ocupa de cocinar, limpiar, comprar, etcétera, además de cuidarla. Es un feminista de ochenta años maravilloso.

- Cuando en mi trabajo me enfrento a una pareja donde él dice "cállate" a su pareja, siempre concentro toda mi atención en ella, le hablo a ella, me confabulo -a un nivel digamos submarino- con ella, y muchas veces siento que ella se da cuenta y, sobre todo, disfruto mucho al sentir también el disgusto del energúmeno que no comprende bien qué está pasando.

Arponauta, Mayte, un beso feminista deseando que algún día ese adjetivo ya no sea necesario, como tantos otros.

Y otro beso.

Mayte dijo...

Mi pareja tiene la teoría de que en todos los hombres hay un instinto primitivo, innato , testosterónico de posesión, de caza, de lucha y que eso, que en algunos hombres está en la superficie y en la mayoría enterrado bajo capas y capas de educación, respeto y amor, está ahí, nos pongamos como nos pongamos.

Yo tengo la teoría de que la situación que aún perdura es resultado de siglos y siglos de educación machista; pienso que es un tema cultural y social, muy difícil de cambiar, sí, porque implica a toda la sociedad y no todo el mundo está por la labor, pero modificable, sí. Me niego a creer que tenga una base antropológica o que esa base no pueda ser transformada.

Lo que cuentas sobre tu família, Jesús, me da esperanza y me reafirma en mi idea de que es una tema social, cultural, educacional y de que hay hombres como tu padre, como tú y como muchos otros (como mi pareja también, aunque tenga esa extraña teoría)impermeables a ciertos discursos,a ciertas ideas y a cualquier mensaje que implique menospreciar a la mujer. No sé si sois más sabios que la mayoría, más respetuosos o simplemente vais sobrados del menos común de los sentidos - ya sabes, el sentido común-. Lo único que sé es que sin vosotros, nuestra lucha estaría abocada al fracaso.

Leyendo lo que cuentas de tu padre, entiendo aún mejor por qué eres el hombre que eres. ¡Qué suerte haber tenido ese ejemplo!

Un beso, Jesús