jueves, 24 de enero de 2019

Veinticuatro de enero

A veces me gusta imaginar que sería feliz viviendo en el confín del mundo en una cabaña de troncos junto a un lago. Lo disfruto tanto. Corto leña, cazo, pesco, y al regresar me tomo lentamente un whisky mientras la aurora boreal baila en el cielo.

A veces me gusta imaginar que sería feliz viviendo en el lujoso ático más alto de Nueva York o de Londres, tan robotizado que con una palabra tuviese mi música preferida, la calefacción en marcha, el horno calentándose. Me cambio de ropa para quedarme en pijama y contemplo el skyline de la megalópolis esperando que la cena esté lista y la cocina me avise verbalmente.

Suena el despertador y me despierto de mala gana: soñaba que vivía en Alaska, soñaba que vivía en Manhattan.  Voy al baño a evacuar mis intestinos, me ducho, desayuno un capuchino de máquina con dos magdalenas integrales, me lavo los dientes, me visto y de pronto apareces tú, que ya vas apurada de hora al instituto donde eres profesora de Lengua y Literatura.  Nueva York y Alaska desaparecen con nuestro primer beso del día.  Todavía es de noche pero el sol ya comienza a resucitar el mundo.

6 comentarios:

giovanni dijo...

Bárbaro! Me encanta tu relato, cuento, historia o lo que sea. Pura realidad, o realidad pura. Y me parece una maravilla vivir con una Profesora de Lengua y Literatura, mucho más agradable que con la música y comida robotizada. Además, qué hay más bello que un beso apresurado? (En relación con el beso me entenderás aún mejor si lees en mi blog lo que mi abuelo escribió en su diario de vida después de la muerte de su esposa.)

Jesús Miramón dijo...

En el mundo no hay nada más bello que un beso apresurado y descuidado de amor.

(Te agradecería que me enlazases el vínculo directo a tu entrada en el blog, porque no he conseguido encontrarlo. Déjamelo aquí, tengo mucho interés en leerlo)

Un abrazo.

giovanni dijo...

Esta es la entrada en que pensé: http://zambrone.blogspot.com/2019/01/eso-es-amable-de-ti.html
En esta entrada cito a mi abuelo quien dice: "Cuando llegó el tranvía y me viste acercarme a ti, dijiste con esa dulce sonrisa que podrías tener: eso es amable de ti. Un evento como ese hay miles en la vida. Y sin embargo nunca olvido esto."
Para sentir la profundidad de esta frase hay que leer la entrada completa.

Un abrazo

NáN dijo...

Todavía no ha terminado el viernes 25. Es solo cuestión de esperar.

Jesús Miramón dijo...

Ya está. Un abrazo, Nán.

Jesús Miramón dijo...

Eso es amable de ti. Es una construcción un poco extraña en castellano, pero la comprendo, Jan. Un abrazo muy fuerte. Comprendo.