miércoles, 8 de mayo de 2019

Ocho de mayo

Llueve y deja de llover. En las aceras crecen las plantas como si el ser humano hubiese desaparecido del mundo aunque yo camine sobre ellas precipitadamente porque siempre llego tarde al trabajo. La mitad de los rostros y cuerpos con los que me cruzo los conozco. Algunos me saludan, otros, por timidez, quiero creer, no lo hacen. Yo saludo a todo el mundo, es algo que me gusta hacer. Sólo soy misántropo en mi casa, y aquí lo soy sin problemas. En la calle soy la persona más sociable y comunal que puedas imaginar, y con placer. Soy géminis y gemelo. Las dos caras.

La noche se ha instalado ya sobre la pequeña ciudad. El humilde río Vero fluye frente a mi casa rumbo al mar de los Sargazos, allí donde reposan los restos de naufragios de hace siglos. Y más al Norte el Ártico, ese lugar donde hombres y mujeres comen carne cruda y viven en el hielo.

Viajo. Viajas conmigo. Ven. Mira.

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