domingo, 31 de octubre de 2010

Último día

El grillo que cantaba a comienzos de octubre calló al cabo de pocos días, probablemente sin haber logrado reproducirse a esas alturas del año. Ahora hiberna en la profundidad de su agujero, inmóvil como una pieza de orfebrería. A miles de metros de altitud los aviones de pasajeros surcan el cielo nocturno. Alguien que vuelve a casa duerme en su asiento junto a la ventanilla, y sueña.

6 comentarios:

  1. Voto por que continues el diario.

    He dicho.

    ResponderEliminar
  2. A diario no (hasta el próximo mes que me de por ahí), pero seguiré escribiendo, las estaciones son cinco y yo necesito escribir como respirar.

    ResponderEliminar
  3. La madre Tierra, ¿verdad?, protegindo a su grillito, que soñará con apareamientos felices.

    ResponderEliminar
  4. Lo siento por el grillo, pero así es la vida en este raro planeta. Mientras unos duermen ajenos a todo, los otros pasan por encima de él cargados de sueños.

    ResponderEliminar
  5. Hola, Nán, leí que viven entre cuatro o cinco años, nunca pensé que fuesen tan longevos.

    ResponderEliminar
  6. Un planeta raro pero raro raro ¿eh? Tan raro como para bullir de vida en medio de un universo frío e inmenso. Su existencia y la de sus pobladores es algo que resulta difícil de creer.

    ResponderEliminar