ESte es uno de mis poemas favoritos de Andrés Trapiello, es de su libro «Un sueño en otro». Es maravilloso (¡qué hallazgo los trazos cuneiformes!) y sé que os va a gustar tanto como a mí.
GORRIÓN
Nadie pudo escribir con mejor letra que el pájaro en la nieve esta mañana. Yo me llamo gorrión y te lo digo en trazos cuneiformes sin temor a que lo lean otros. Sólo el sol, y nada más que el sol, podrá borrarlo.
Hola, Miguel, son las huellas de un negro cuervo, no las del gorrión del poema de Trapiello. Algo le llamó la atención durante un instante de su existencia irrepetible, se acercó caminando como caminan los cuervos, primero una huella y después otra sobre la nieve blanca, y al no encontrar nada interesante se dio la vuelta para continuar buscando otras cosas, pequeñas y tal vez brillantes cosas, desconocidas cosas del futuro.
Gracias por los ánimos frente a los días heladores... me vienen estupendos. Yo comprendo perfectamente que el calor pueda no gustar, pero no me hago a la idea de que esta frialdad, que se instala hasta en los dedos de las manos, y que además es cara, carísima, pueda hacer que las personas se sientan a gusto... se me hace muy difícil entender, con lo rico que es andar libres de ropas, ropajes y demás zarandajas, que son muchas, y sobre todo, sobre todo, sin tener que dejarte los ahorros en conseguir un poco de 'calor de hogar'. Pero bueno, me alegro por los que disfrutan de estas heladuras, que a mi lado también los hay. En fin, sobreviviré... Buen día para ti y para los asomadores
La nieve mola mil.
ResponderEliminarme encanta la foto.
¡Ah, Jesús! los detalles que nos hacen vivir.
ResponderEliminarUn abrazo
Una escritura así, que desaparece con el deshielo, es deseable.
ResponderEliminarPreciosa foto
ESte es uno de mis poemas favoritos de Andrés Trapiello, es de su libro «Un sueño en otro». Es maravilloso (¡qué hallazgo los trazos cuneiformes!) y sé que os va a gustar tanto como a mí.
ResponderEliminarGORRIÓN
Nadie pudo escribir con mejor letra
que el pájaro en la nieve esta mañana.
Yo me llamo gorrión y te lo digo
en trazos cuneiformes sin temor
a que lo lean otros. Sólo el sol,
y nada más que el sol, podrá borrarlo.
Parece el mapa de una pequeña historia sobre la nieve, que merecería la pena intentar descifrar
ResponderEliminarPreciosa. Me ha hecho recordar esta otra foto:
ResponderEliminarhttp://floresypalabras.blogspot.com/2010/02/huellas-en-la-arena.html
Un beso
Hola, Miguel, son las huellas de un negro cuervo, no las del gorrión del poema de Trapiello. Algo le llamó la atención durante un instante de su existencia irrepetible, se acercó caminando como caminan los cuervos, primero una huella y después otra sobre la nieve blanca, y al no encontrar nada interesante se dio la vuelta para continuar buscando otras cosas, pequeñas y tal vez brillantes cosas, desconocidas cosas del futuro.
ResponderEliminarHuellas en la arena y huellas en la nieve. Gaviotas y cuervos. Parecen el mismo idioma. Un beso, Elvira.
ResponderEliminarBella la foto, muy bella. Precioso el poema. Gracias, como siempre.
ResponderEliminarUn beso, Estrella, y ánimo con el frío (el verano que tanto te gusta volverá).
ResponderEliminar:-)
Gracias por los ánimos frente a los días heladores... me vienen estupendos. Yo comprendo perfectamente que el calor pueda no gustar, pero no me hago a la idea de que esta frialdad, que se instala hasta en los dedos de las manos, y que además es cara, carísima, pueda hacer que las personas se sientan a gusto... se me hace muy difícil entender, con lo rico que es andar libres de ropas, ropajes y demás zarandajas, que son muchas, y sobre todo, sobre todo, sin tener que dejarte los ahorros en conseguir un poco de 'calor de hogar'. Pero bueno, me alegro por los que disfrutan de estas heladuras, que a mi lado también los hay. En fin, sobreviviré...
ResponderEliminarBuen día para ti y para los asomadores