lunes, 9 de mayo de 2011

La caravana del candidato

1.

La caravana del candidato se detiene en una gasolinera en medio de ninguna parte porque lleva media hora meándose. El líder sale del coche de lujo y se dirige a los lavabos, que están en el exterior de la pequeña estación de servicio. De pronto, antes de que pueda ponerse a buen recaudo, el cielo comienza a poblarse de miles de millones de moscas negras.

2.

La caravana del candidato se detiene en una gasolinera en medio de ninguna parte porque lleva media hora meándose. Ya se meaba al terminar el último mitin, pero tenía tantas ganas de perder de vista el polideportivo de aquel pueblo de mala muerte que incluso metió prisa a los escoltas y demás miembros del equipo para salir pitando de allí. Ahora camina hacia los lavabos, que están en el exterior de la miserable estación de servicio, y repentinamente siente un temblor extraño bajo las suelas de sus zapatos. Antes de que pueda darse cuenta de lo que está pasando unos tentáculos armados de afilados dientes surgen del asfalto y lo devoran comenzando por los pies.

3.

La caravana del candidato se detiene en una gasolinera en medio de ninguna parte porque lleva media hora meándose. Acompañado de sus escoltas sale del coche y se dirige a los lavabos situados en el exterior del edificio. Como siempre, ellos echan un vistazo al interior de la instalación, confirman que es seguro y le hacen un gesto de autorización. El líder cruza el umbral de la puerta y entra en la zona reservada a los caballeros. El urinario de pared está situado bajo una ventana alta que da a la parte de atrás de la estación. Mientras desahoga su vejiga contempla el desolado paisaje de montes bajos sin apenas vegetación, blancos de yesos y arcillas bajo el cielo más oscuro, y siente miedo.

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