Entramos en otra ola de calor aunque los pesados como yo nos vamos aburriendo de quejarnos, algo que quienes nos rodean agradecen enormemente. Sobre todo esas extrañas criaturas a quienes este infierno les parece el buen tiempo, y hay muchas, muchísimas, llenan piscinas y playas, festivales de música, terrazas, no sé, me cuesta entenderlo.
Pero hasta yo me he cansado de quejarme y sólo escribiré una cosa: la vida es algo maravilloso.
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