También corre más deprisa cuando te propusiste escribir algo cada día. Entonces las horas, los grandes acontecimientos y los muy pequeños, tan abundantes, se precipitan en la cascada del fin del mundo plano que imaginaban algunos antiguos.
Viniendo desde Barbastro a Zaragoza una niebla cerrada cubría la tierra, convirtiéndola en un planeta todavía más extraño de lo que ya es. No me resulta desagradable conducir en esas condiciones, no tras todos los años que viví en Binéfar, donde la niebla es compañera permanente cada invierno. Tampoco evito conducir de noche, de hecho me gusta hacerlo porque bajo las estrellas siempre imagino que piloto una pequeña nave espacial. Digo que lo imagino pero quién sabe, tal vez lo hago, lo hacemos, de verdad.
![]() |
Paula Miramón, 28 de diciembre de 2019. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario