miércoles, 28 de mayo de 2025

Sesenta y dos

Hoy cumplo sesenta y dos años en Zaragoza. Frente a nuestro apartamento hay un colegio infantil en el que los niños gritan de entusiasmo y felicidad. El sol brilla en el cielo y me encuentro bien, de vacaciones porque mi hija ha venido a pasar unos días con nosotros. Maite se está duchando. Bebo café. Paula todavía duerme en su cuarto. Luego iremos a pasear con mi padre mientras mi madre está en el Centro de día donde pasa los días laborables. Cumplo sesenta y dos años y siento que no puedo quejarme de nada, todo lo contrario: me siento agradecido de estar bien de salud, querer y ser querido, poder disfrutar de la absurda realidad del mundo y continuar explorándolo tanto hacia fuera como hacia dentro de mí. Hoy no quiero permitir que las cosas malas ensucien este profundo sentimiento de gratitud y asombro tranquilo. Buenos días, ciudad; buenos día, río que todavía fluye; buenos días, ser humano que observa y respira y se empapa de la luz del día que comienza.

10 comentarios:

  1. ¡Muchas felicidades, Jesús!
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Buenos días o mejor dicho: buenas noches, amigo, yo también me he empapado de la luz del día que ahora está por apagar. Te deseo felicidades y muchos días como el de hoy. Un gran abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Con mucho retraso felicidades, Jesús. Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias y un abrazo, José Luis, desde un Zaragoza marciano. Espero que estés a salvo... Otro abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Muchas felicidades, Jesús. Hace un momento me he preguntado de repente «¿Qué será de Jesus?», como si no te hubiese visto desde ayer :D Me alegro de verte bien

    ResponderEliminar
  6. Gracias, Avellana. Veo que tú también sigues escribiendo (maravillosamente). Somos los últimos mohicanos! Un abrazo.

    ResponderEliminar