miércoles, 11 de marzo de 2009

Undécimo día

En realidad la absurda disciplina que estoy aplicando a esta serie de números ordinales, una serie que comenzó por pura casualidad al titular "Primer día" la nota del uno de marzo y que continuará día tras día hasta el treinta y uno, que se titulará "Último día", en realidad esta disciplina sin sentido, digo, debería aplicarla a la no por dinámica menos triste tarea de adelgazar. La bicicleta estática yace olvidada en la oscuridad de una habitación de arriba. El pitido electrónico de sus cuentakilómetros y cuentacalorías suena rítmicamente en mi conciencia. Bip-bip, bip-bip, bip-bip. Bip-bip.

martes, 10 de marzo de 2009

Décimo día

No sé cuánto tiempo hacía que no compraba hígado de cordero, con lo que a mí me gusta. No tenía confianza en el que venden en las grandes superficies comerciales, y además están todas esas porquerías químicas que algunos ganaderos desaprensivos dan a sus animales para que no suden y pesen más en el matadero, sustancias que, lógicamente, tienen que afectar a la salubridad de sus vísceras. El caso es que llevaba años sin comer hígado hasta que hoy en la Carnicería Rosita de Barbastro, donde compro algunas veces, no he podido resistirme a la vista de dos pequeñas piezas que brillaban en el mostrador refrigerado. Pienso hacerlo sencillamente a la plancha, pocos minutos, vuelta y vuelta, sal gruesa y pimienta. Me hace mucha ilusión recuperar aquel sabor.

Claro que el principal acontecimiento de la tarde va a ser el partido de fútbol entre el Real Madrid y el Liverpool para pasar a octavos de final de la Champions. Carlos apoyará al Madrid, su equipo de siempre, una afición heredada de sus dos abuelos (aunque mi padre siempre se resista a admitirlo abiertamente), y yo apoyaré al Liverpool, soy un poco del Barça (aunque siempre me resistiré a admitirlo abiertamente) y me gusta mucho el equipo inglés donde, por cierto, casi deben de jugar más futbolistas españoles que en el Real Madrid. Hígado y fútbol. No está nada mal.

lunes, 9 de marzo de 2009

domingo, 8 de marzo de 2009

Octavo día

Me he emocionado mucho cuando hace unas horas he visto aparecer en el escenario del Auditori Enric Granados de Lérida al mítico director Sir Neville Marriner, de increíbles ochenta y cuatro años de edad, ochenta y cinco a partir del próximo quince de abril. Caminando a grandes zancadas se ha acercado al primer violín, le ha dado la mano, ha girado sonriente hacia el público y se ha inclinado ante nuestros entusiasmados aplausos. Yo era consciente de estar viviendo un momento histórico para mi pequeño e íntimo planeta personal, tengo algunos vídeos de conciertos suyos, entre ellos el maravilloso Mesías que dirigió en Dublín con la Academy of St. Martin in the fields en mil novecientos noventa y dos, y para mí era como estar viendo al mismísimo John Wayne. Sir Neville Marriner dirigía hoy a la sección de cuerda de la Orquesta de Cadaqués, con la que colabora desde hace muchos años. Músicos de altísimo nivel, buenísimos. Ha sido un magnífico concierto que hubiera lamentado mucho perderme. No todos los días puede disfrutar uno de directores de orquesta legendarios.

---

Programa final del concierto (después de que el director haya intercambiado el orden de las dos partes):

Primera parte

Ralph Vaughan Williams: Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis
Arnold Schönberg: La nit transfigurada, op. 4

Segunda parte

Samuel Barber: Adagio per a orquestra de corda, op.11
Antonín Dvorák: Serenata en mi major per a orquestra de corda, op.22


sábado, 7 de marzo de 2009

Séptimo día

Un tractor labra el campo seguido de un grupo de garcetas blancas que buscan alimento entre los terrones recién abiertos. El fuerte viento que hoy sopla no impide que una rapaz grande de color rojo sobrevuele una granja de terneros. Las fincas de cebada, vibrantes y verdísimas, se agitan de un extremo a otro emitiendo fugaces destellos de plata.

viernes, 6 de marzo de 2009

miércoles, 4 de marzo de 2009

Cuarto día

Florecen los almendros
bajo la lluvia suave.
Sístole y diástole.