sábado, 31 de octubre de 2015

Ladra un perro

Ladra un perro en la calle mientras me desangro lentamente. Qué dato sin importancia. Pero este es el momento y nada ni nadie puede cambiarlo: ladra un perro en la calle y a continuación pasa el ruidoso camión de la basura. Después se hace este falso silencio consistente en un agudo pitido permanente en mi cerebro. Toda mi energía se consume en el esfuerzo de no volverme loco.

martes, 20 de octubre de 2015

Respuesta

En cada bocanada de oxígeno sobrevivo, y en ese pequeño gesto inconsciente sobreviven las ciclópeas pirámides egipcias y el poema más pequeño de una poeta polaca, por no hablar de las recetas navarras de mi madre o el último beso que le di a alguien a quien amaba más que a nada en el mundo.

martes, 6 de octubre de 2015

Tierra de nadie

A veces echo de menos Binéfar. Echo de menos la claraboya del techo en mi dormitorio de la buhardilla y me pregunto qué habrá sido de los hibiscos y las madreselvas de la terraza, me pregunto si los siguientes inquilinos se hicieron cargo de su supervivencia.

Echo mucho de menos los ensayos de la coral y las copas en el Chanti después, fui tan feliz aquellas noches. Pero he vivido en tantos sitios, en tantos domicilios, que mi organismo ha generado una especie de escudo protector inmune al número de años, inmune al apego, inmune al pasado.  Como los astronautas, en cada salto dejé una parte importante de mí flotando en tierra de nadie, una parte de mí que se aleja y aleja hasta desaparecer.