En cada bocanada de oxígeno sobrevivo, y en ese pequeño gesto inconsciente sobreviven las ciclópeas pirámides egipcias y el poema más pequeño de una poeta polaca, por no hablar de las recetas navarras de mi madre o el último beso que le di a alguien a quien amaba más que a nada en el mundo.
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1 comentario:
Lamento, por mí mismo, oír (leer) que dos post más arriba que este que comento hay una despedida, un "fin".
Para mí este medio era, a veces al menos, una forma de bucear contracorriente, casi como una lucha, en la separación, distancia y el tiempo.
¿Fin?
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