martes, 24 de febrero de 2015

Shangri-La

Cinco patos volando hacia el este sobre la pequeña ciudad de provincias, sus características siluetas en el cielo despejado de la tarde. Viento que trae el frío intacto de la nieve caída kilómetros más arriba, en Shangri-La.

viernes, 13 de febrero de 2015

Un paisaje para todo

En los últimos dos o tres años he pasado por tantos estados de ánimo diferentes que mi conciencia está agotada. No rendida: sólo cansada, tumefacta.

Hace tres meses que terminé con éxito el tratamiento farmacéutico contra la depresión y las crisis agudas de ansiedad que padecía, y ahora, ya curado, me siento como el náufrago que se ha salvado del desastre pero, alcanzada la playa, apenas conserva las fuerzas necesarias para ponerse en pie sobre la tierra firme.

Metáforas, alegorías, subterfugios... Bah, seguramente he leído demasiados libros y he visto demasiadas películas. Mi cerebro es capaz de recrear una imagen para todo, un paisaje para todo. No estoy seguro de que eso sea una ventaja.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Personas comunes

Hay historias personales que no por repetidas dejan de conmoverme hasta el tuétano. El otro día conocí en el trabajo a una persona divorciada que había regresado para atender a su antiguo marido en estado terminal. Como en casos anteriores, siempre protagonizados por mujeres, me dijo que no podía permitir que él muriese solo, aunque ello significara dejar temporalmente a un lado su renovada vida personal y profesional. También lo hacía por el hijo que habían tenido en común, ya adulto: no podía consentir que fuese él quien cargase en solitario con el peso de circunstancias tan duras y penosas. Así, tras muchos años sin convivencia, cuidaba ahora cada día del hombre de quien había dejado de estar enamorada. Mientras me contaba su situación no pude evitar sentir una profunda admiración hacia aquella mujer de melena pelirroja y ojos claros tras unas gafas ligeras de montura metálica. El cansancio físico y mental asomaba en las ojeras y en la comisura de la boca, pero en su espíritu latía con fuerza aquella discreta generosidad de las personas comunes que hacen que el mundo sea un lugar más bello que el que nos muestran cada día las portadas de los periódicos.

El rey desnudo

Esto escribe el rey desnudo: los dones,
como todo aquello que no merecíamos,
se desvanecen y desaparecen con la edad.