miércoles, 28 de mayo de 2025

Sesenta y dos

Hoy cumplo sesenta y dos años en Zaragoza. Frente a nuestro apartamento hay un colegio infantil en el que los niños gritan de entusiasmo y felicidad. El sol brilla en el cielo y me encuentro bien, de vacaciones porque mi hija ha venido a pasar unos días con nosotros. Maite se está duchando. Bebo café. Paula todavía duerme en su cuarto. Luego iremos a pasear con mi padre mientras mi madre está en el Centro de día donde pasa los días laborables. Cumplo sesenta y dos años y siento que no puedo quejarme de nada, todo lo contrario: me siento agradecido de estar bien de salud, querer y ser querido, poder disfrutar de la absurda realidad del mundo y continuar explorándolo tanto hacia fuera como hacia dentro de mí. Hoy no quiero permitir que las cosas malas ensucien este profundo sentimiento de gratitud y asombro tranquilo. Buenos días, ciudad; buenos día, río que todavía fluye; buenos días, ser humano que observa y respira y se empapa de la luz del día que comienza.