A menudo creemos que poseemos algo: conocimientos, una edad, una familia, bienes materiales, esperanzas, un futuro, algo. Con qué estremecedora y sabia inocencia somos capaces de olvidar nuestra fragilidad.
jueves, 21 de agosto de 2008
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7 comentarios:
Así mismo es. A veces no somos lo suficientemente conscientes de que lo nuestro, la vida, es como un milagro permanente.
Me gustan tus palabras, ¿puedo hacer buen uso de ellas?
La noche y el día han sido de color gris. Por fuera, por dentro.
Un abrazo, Jesús, porque como hoy le he escuchado a alguien, nos hace falta y seguro que nos sienta bien y buena noche para ti, para todos.
Yo creo que es una suerte que podamos olvidarlo, Jesús.
De lo contrario sería imposible vivir con esa angustia de la incertidumbre.
qué chulo y qué cierto ¡¡ besicos
c.
Hola, Estrella, un abrazo (y por supuesto que puedes hacer uso de lo que escribo, no hay problema).
Hola, Teresa, sí, olvidarlo, no mortificarnos con la incertidumbre es una suerte, es una suerte y también un signo de sabiduría instintiva. Casi me atrevo a afirmar que conservar esa capacidad es un síntoma de buena salud.
Hola, C. Besicos para todos.
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