jueves, 4 de junio de 2015

Bienvenidas y despedidas y bienvenidas

Hablé por teléfono con mi hijo el otro día. Sus prácticas de fin de grado en Italia finalizan en dos semanas y me comentó lo mucho que iba a dolerle despedirse de quienes han sido sus compañeros de trabajo durante tres meses. Yo le dije que la vida, entre otras cosas, es una continua sucesión de bienvenidas y despedidas.

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Esta mañana decidí de pronto, no sé por qué, afeitarme la barba. Me la dejé en agosto de dos mil diez, durante nuestro viaje a Irlanda. Una mujer marroquí que suele venir por la agencia me dijo que estaba mejor así: «más joven», afirmó. Por tonto que parezca me sentí halagado.

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Siento que a medida que internet crece y crece, más pequeño se hace para mí: cada vez leo a menos personas y nunca me he sentido cómodo en las redes sociales, que me perturban con su cháchara y su ruido. De acuerdo, lo reconozco, siempre supe que acabaría siendo un cascarrabias, pero incluso yo soy capaz de darme cuenta de que seguramente todavía es demasiado pronto para ello.

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El calor ha llegado, como cada año, ajeno a esta época histórica e incluso nuestra mera existencia como especie. También los vencejos que cada tarde hacen acrobacias en el cielo sobre los edificios del barrio donde vivo.

5 comentarios:

molinos dijo...

¿Y te has afeitado al final?

Y sí, yo creo que estás un poco cascarrabias, un poco enfurruñado con el mundo...no sé el motivo pero estás en tu derecho, claro. Yo he tenido épocas así.

NáN dijo...

Já. Es un honor. En el blog de Di me llaman Cascarrabias. Sé que eso es porque digo. "Decir" se nos había olvidado desde la República.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Moli, sí que me afeité, claro (yo siempre escribo de/la verdad), y continúo afeitado: ¡parezco un vendedor de biblias! Un vendedor de biblias cascarrabias, ciertamente, pero ¿existe otra posibilidad en semejante oficio?

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Nán, sigue diciendo. Somos muchos los que necesitamos seguir escuchando.

Elvira dijo...

Es curioso: desde que me doy permiso para decir más, me he suavizado. Se conoce que eso de tener el "buche lleno" y no expresar bien lo que llevaba dentro me ponía de malas pulgas.

Más selectiva al escoger con quienes hablo, eso sí. Y me gusta charlar contigo. No temo tu lado cascarrabias. ;)

Eso de afeitarte la barba te abre un poco más, ¿no crees?

"yo siempre escribo de/la verdad" Y yo me alegro.

Un beso

Jesús Miramón dijo...

Además, Elvira, si ir cumpliendo años no nos sirve precisamente, entre otras cosas, para expresar libremente lo que sentimos y pensamos, ¿para qué demonios sirve?

Un beso
(y no me olvido de que "te debo" una llamada)