lunes, 9 de marzo de 2020

Esta poca cosa

La noche cubre la tierra. El lugar del mundo que habito. Los edificios donde las ventanas están iluminadas. La noche llega sin que le importen nuestros problemas, nuestro miedo, nuestra existencia siquiera -ella, la noche, existe desde el principio de todo, no como nosotros.

Siento una gran compasión hacia la especie a la que pertenezco. Somos tan frágiles. Pero, aunque no sirva de nada, podemos dar testimonio. Vivimos en desiertos de arena y en desiertos de hielo. La compasión se mezcla con la admiración, sabiendo que tal sentimiento le da absolutamente igual a la naturaleza.

Escucho el Réquiem de Mozart, la música conocida inundando mi cerebro. Maite ya duerme. Mi corazón parece disolverse ante tanta belleza. La música, la música. La noche cubre la tierra con su capa de estrellas que ya no existen. Barbastro comienza a retirarse a sus aposentos. Yo lo haré pronto. A esto llamamos vida, y sí, lo es, sin duda alguna lo es. Esta poca cosa que contempla un universo infinito.

9 comentarios:

Lo q Leo dijo...

Para mi lo más hermoso
y a la vez lo que da más vertigo
es la capacidad de darnos cuenta
que podemos
percibir la belleza en su inmensidad
hacia fuera y hacia dentro
y sentirnos al tiempo
minúsculos.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

"Hacia fuera y hacia dentro"

Me gusta.

Muchas gracias.

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Somos un "nada especial" como dice un maestro budista.

Jesús, gracias por compartir tus textos. Me reconectaron conmigo misma y con el ser humano muy a menudo, durante el año pasado, y me siguen ayudando a hacerlo en momentos como estos. Gracias.

Jesús Miramón dijo...

Gracias a ti por leerlos, Beatriz. Comentarios como el tuyo me reafirman en la convicción de que escribir es un acto de comunión.

Elvira dijo...

Hola Jesús: ¿estáis bien todos? Eso espero.

Nosotras dos bien. He tenido la suerte de que a mi hija le pillara el confinamiento en casa, cuando vino a verme por mi cumpleaños, el 12 de marzo. Nos ayuda mucho estar juntas en esto.

Un beso

Jesús Miramón dijo...

Todos bien, Elvira. Mi hija en Noruega cuando ya hubiera estado aquí de no haber cambiado las cosas del mundo, y los demás confinados en Barbastro pero bien. Me alegro de que estés con tu hija en estos días extraños en los que, cuando menos lo esperábamos, protagonizamos hechos históricos e inesperados. Un beso grande.

andandos dijo...

Me alegro, Jesús y Elvira, nosotros, aparentemente, todos bien por ahora.

Un abrazo

Jesús Miramón dijo...

Un abrazo, José Luis.

Marimaika dijo...

Recuerdo Barbastro como ciudad sobria, hùmeda y triste.