martes, 25 de abril de 2023

Algo que no sucederá

Todo comienza con un cambio radical de las sensaciones e incluso de los sentimientos. Lo que era normal hasta ese momento de repente queda interrumpido por una amenaza cierta que pone en alerta el cuerpo entero. Uno siente que se le va la cabeza, las pulsaciones se aceleran, aparecen los vértigos, los sentidos multiplican su sensibilidad, la necesidad de huir supera cualquier voluntad y, al mismo tiempo, la inminencia inmediata de la muerte se alza ante ti como algo inevitable. E, incluso aunque en cierto modo no te importe morir, cada célula de tu cuerpo se activa para volverte loco con todo el sufrimiento que puedas imaginar, porque ellas no quieren morir. Uno no puede escribir, no puede escuchar, ni siquiera puede no escribir o no escuchar. Uno ve doble, siente los tobillos de arcilla, carece de cualquier control de lo que le sucede. Uno se siente un náufrago en medio de una tormenta marina a miles de kilómetros de una playa, a merced de olas oscuras y gigantes, tan indefenso que sólo quiere dejarse morir, algo que no sucederá.

2 comentarios:

andandos dijo...

Ansiedad, a veces también la sufro yo. Un fuerte abrazo, Jesús.

Jesús Miramón dijo...

Yo llevo muchos años con ella, como sabes. Estaba muy contento de haber abandonado la medicación en septiembre del año pasado, pero fueron ocho días de ataques salvajes. Ahora estoy de baja médica y he vuelto a tomar lo mismo que tomaba antes, y me encuentro un poco mejor. Espero que tú estés bien. Un abrazo, José Luis.