Con el comienzo de las vacaciones escolares arriban a los pueblos los niños de ciudad. Son hijos de quienes abandonaron sus orígenes en busca de un futuro mejor, y vienen de Barcelona, de Zaragoza, de Valencia.
Los caminos y campos que rodean las últimas eras son explorados por bandas de pequeños cromañones que a su paso espantan tordos, picarazas y abubillas. Trepan a los árboles, construyen cabañas paleolíticas, descubren dónde crecen los mejores alberges y melocotones. A la caída de la tarde las golondrinas cazan en vuelo rasante sobre las espigas de cobre. Pronto se hará de noche y los niños de ciudad se irán a dormir.
Cuando despierten ya serán mayores. Tendrán esposas de piel pálida y mirada inquisitiva, mujeres de otros planetas. Tendrán sus propios hijos: únicos, raros, principiantes, muy lejos de aquí.
domingo, 12 de julio de 2009
Muy lejos de aquí
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6 comentarios:
Me haces pensar... Y fue un encanto leer esa entrada de la puerta (abierta) sobre la hija y el padre.
Saludos desde Amsterdam
"Tendrán esposas de piel pálida y mirada inquisitiva..." :-)
Yo tengo mirada inquisitiva, jaja. Pero también risueña y más cosas. Soy una mujer de ciudad que ama el campo.
Me ha gustado tu escrito, evocas muchas cosas en pocas palabras. ¿Vas a publicar otro libro de poemas? Un beso
Hola, Giovanni, gracias y bienvenido. Saludos desde Binéfar.
No lo he pensado, Elvira, por ahora me satisface mucho escribir aquí (si has leído el blog ya sabes lo que pienso sobre los ámbitos literarios). En cualquier caso carezco de la ambición necesaria para convertirme en poeta o escritor.
Un beso.
Me ha encantado. Sobre todo ese irse a dormir y despertarse de mayores.
Un abrazo.
De mayores, sí. Ya sabes que todo esto no es más que un parpadeo. Un abrazo.
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