Me encantan las amapolas. Cada año vuelvo a admirarme ante su explosión de color. Me sorprenden cada vez, agazapadas durante el invierno en la tierra helada, y siempre fieles a su cita con los primeros calores...
A mí también, es una de mis flores favoritas, tan delicada y silvestre. Por aquí hay muchísimas, están por todas partes.
El otro día, conduciendo camino de Zaragoza y a la salida del pequeño pueblo de Angüés, vi a una mujer que había aparcado en un camino y estaba haciendo fotografías con el móvil a un precioso campo de cebada salpicada de amapolas. Recuerdo que pensé: «mira, ella es uno de los nuestros".
Por alusiones, Jesús, ¿me dejas que publique ambas fotos en mi FB? Me encantan... igual que me encantan las amapolas. Mi pueblo está lleno de ellas ahora mismo :-)
Verso 11.672 de la Ilíada. Homero. Siglo VIII a. C.
Criaturas de un día
Somos todos criaturas de un día; tanto el que recuerda como el recordado. Todo es efímero: tanto la memoria como el objeto de la memoria. Está por llegar el momento en el que habrás olvidado todo y está por llegar el momento en el que todos se habrán olvidado de ti. Piensa siempre que pronto no serás nadie y no estarás en ningún lado.
El mundo ordinario no existe para mí. Cuanto más sabemos de él, tanto más enigmático se torna, y la vida que en él existe se nos revela como una extraordinaria anomalía cósmica. Un árbol que crece y el murmullo de sus hojas: con eso tengo más que suficiente.
12 comentarios:
Me encantan las amapolas. Cada año vuelvo a admirarme ante su explosión de color. Me sorprenden cada vez, agazapadas durante el invierno en la tierra helada, y siempre fieles a su cita con los primeros calores...
A mí también, es una de mis flores favoritas, tan delicada y silvestre. Por aquí hay muchísimas, están por todas partes.
El otro día, conduciendo camino de Zaragoza y a la salida del pequeño pueblo de Angüés, vi a una mujer que había aparcado en un camino y estaba haciendo fotografías con el móvil a un precioso campo de cebada salpicada de amapolas. Recuerdo que pensé: «mira, ella es uno de los nuestros".
Un pensamiento acogedor.
Pero ya no abundan, se van retirando a lo más silvestre y lejano.
Lo silvestre y lo lejano... me gusta. Buenos días, madrugador Nán.
¡Hala! Eres amigo de Berna Wang.
Como en tu caso, amiga virtual por ahora, aunque creo que eso pronto cambiará, espero. No vive muy lejos de aquí.
:-)
Emocionante poeta.
Es maravillosa: una mirada oblicua como la luna en el agua.
Gracias por los dos regalos
Por alusiones, Jesús, ¿me dejas que publique ambas fotos en mi FB? Me encantan... igual que me encantan las amapolas. Mi pueblo está lleno de ellas ahora mismo :-)
Cómo no, Berna, encantado, será un honor. Fue un placer conocerte.
:-)
El placer fue mutuo, Jesús :-)
Publicar un comentario