A media mañana compré pan normando en la panadería Buera. Un poco más tarde, ya en la agencia, atendí a una dulce joven francesa que trabaja en una gestoría y es natural de Caen. Le comenté la coincidencia y le dije también que cada vez que hablo con ella me acuerdo de nuestro maravilloso viaje a su país. Me preguntó si volvería alguna vez a Normandía y mientras le contestaba que me encantaría tuve el presentimiento de que eso jamás sucedería.
martes, 28 de febrero de 2012
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6 comentarios:
Las casualidades (en las que yo sí creo) pueden y suelen ser maravillosas.
En cuanto a Normandía... ¡Hay tantos sitios que merecen que los conozcamos!
Un abrazo y buenas noches, Jesús.
Hay formas de pensar y formas de decir las cosas. Pueden ser ciertas e inciertas a la vez. Podría haber dicho lo mismo.
Un abrazo
Nunca sabes lo que te va a pasar....nunca lo sabes.
Un abrazo y buenas tardes, Porto. Normandía te encantaría, estoy seguro.
A la chica de Caen le dije la verdad mientras presentía algo que no sé si es verdad. A veces suceden esas cosas. Un abrazo, Giovanni.
Desde luego que no, Moli, nunca lo sabes. Por eso si lo pensamos un poco más de lo necesario llegamos a la conclusión de que la vida es casi irreal.
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