Una compañera de trabajo comentó que el jueves volverían a descender las temperaturas, dijo que el hombre del tiempo había advertido de que el invierno aún no había desaparecido del horizonte, que no debíamos guardar los abrigos todavía.
Mientras la escuchaba di silenciosamente las gracias con todo mi corazón ya dañado por el atisbo de la primavera, mi corazón herido por la luz inflamada y la inminencia del gemido de placer de cada yema en las ramas de los árboles de las aceras de esta pequeña ciudad.
Nací en un lugar cálido y equivocado: mi alma debería ser de hielo, oh, sí, mi alma debería ser de hielo y lluvia y nieve y granizo y niebla, así debería ser, así la echo de menos.
martes, 3 de marzo de 2015
Y lluvia y nieve
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4 comentarios:
Qué buen poeta eslavo habrías sido.
mi acupuntor me dice que yo debería haber nacido en oriente, pero... que fuera al norte del oriente, por favor!
y si te exilias?
http://www.ecorepublicano.es/2014/05/suecia-estrena-jornada-laboral-de-6.html
abrazos, frío amigo
¿Poeta? ¡Uf! No me gustan los poetas, son tan cansinos... ¡Más aún que los novelistas, que ya es decir! Ser poeta es un rollo.
Al norte del oriente, al sur del norte... se supone que tú y yo vivimos en el norte de la península ibérica y ya ves, ni nos parece norte ni nos parece nada.
Eso sí, ser sueco (o sueca) me haría mucha ilusión. Sobre todo ahora que ya se atisban el calor y las moscas, por no hablar de la corrupción cotidiana y las fiestas nacionales y la alegría por decreto y el sol y playa y sangría. Pero qué digo sueco, yo, más que poeta, muchísimo más, querría ser lapón o esquimal.
Nán, Epo, abrazos.
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