Ha llegado el otoño y de esto no me quejaré jamás, porque después de miles de años llueve sobre Barbastro y los truenos suenan y resuenan en el cielo desprendiéndose desde las cumbres del Olimpo.
En la cocina la válvula de la olla exprés sopla como el artefacto del siglo diecinueve que realmente es.
Yo escribo en el futuro.
Ya no.
viernes, 23 de septiembre de 2016
Olimpo
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6 comentarios:
Rayos y truenos en el cielo y en tu cocina.
Hasta yo tenía ganas de que llegara el otoño.
Un beso
Querida, querida Elvira.
Pero aún hace un poco de calor para la olla exprés...
Un abrazo.
Me dejé llevar por el optimismo... Este verano parece no terminar nunca. Es terrible.
Un abrazo, Porto.
Acabará de golpe, como otros, Jesús. Cualquier día vendrá la niebla, aunque antes probablemente vendrán las ventoleras que suelen coincidir con El Pilar. Ese día suelo encender, para probar cómo va, la calefacción. Tu hija y la mía seguro que están más frescas.
Un abrazo
Querido, querido José Luis. Estoy tan desconectado. No escribo, no leo casi nada en internet, no sigo a nadie. Vuelvo sobre las migas de pan.
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