Un momento, todavía
no nos ha alcanzado
el uno de enero del
inminente nuevo año que
se precipita a toda velocidad
hacia nosotros.
El reinicio definitivo
no ha empezado todavía.
Ese lunes gigantesco
como Júpiter.
martes, 27 de diciembre de 2016
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2 comentarios:
El tiempo designado a nuestra propia vida es el rayo que no cesa. No tenemos dónde ocultarnos.
Así es, Nán, no tenemos dónde ocultarnos, pero... tal vez entre estación y estación, entre un año y otro, entre un mes y otro, entre una semana y otra, entre un día y otro, no sé, tal vez podamos volver a empezar de alguna manera. (Y nada más escribirlo me doy cuenta de la necedad) (Pero)
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