jueves, 25 de octubre de 2018

Con las manos en los bolsillos

Me alejo de un lugar seguro y me acerco día a día a otro que desconozco pero al que, misteriosamente, he ido perdiéndole el miedo poco a poco.

Ya casi no escribo y, sin embargo, vivo cada día con la intensidad mayor o menor de la luz del cielo. Escribir no era necesario para explorar, aunque en mi fuero interno siento que explorar sin escribir es, de algún modo, egoísta. No hacer mapas para quienes vengan detrás, no colaborar con nadie, es egoísta. Deambular sin más de aquí para allá con las manos en los bolsillos, silbando incluso a través de la noche oscura.

4 comentarios:

NáN dijo...

Pienso que comunicar de inmediato es lo más generoso, pero también vale llenar nuestra vida y transmitir lo que somos en todos los contactos que tengamos.

(de nuevo en marcha, frente al ordenador; me alegro de encontrarte donde siempre).

Jesús Miramón dijo...

Y yo me alegro mucho de verte por aquí, NáN.

Marisa dijo...

Hola, Jesús. Me alegra mucho que sigas escribiendo, en serio. Me gusta leer tus pensamientos y sentimientos.

Sobre el contenido, lo que dices de crear mapas para los que vienen detrás y la responsabilidad que -en teoría- tenemos, en definitiva, "algo tenemos que hacer", yo lo veo de este modo: hay tanta gente "pariendo" y "haciendo" que, la verdad, creo que el mundo ahora mismo lo que necesita más es parar, es un poco de silencio. Claro que, en nuestro agitado pensamiento occidental, seguramente parar se equipara a algo así como morir un poco.

Bueno, sólo es un punto de vista.

Un abrazo y otra vez que me alegro de que sigas en la brecha. Y te diré que tu modo de comunicar me resulta muy consolador, así que, hacer "mapas" no es necesariamente trazar rutas.

Jesús Miramón dijo...

Marisa, gracias, gracias, gracias. Parar, un poco de silencio. No sabes cómo comparto tu punto de vista. Y prometo luchar contra mi arrogancia. ¿Qué mapas? ¿Qué rutas? No existe vida más banal que la mía. No quiero seguir en la brecha, mi brecha no significa nada. Lo digo de corazón.

Un abrazo y gracias otra vez.