A lo largo de mi vida he cometido muchos errores; miles, millones de errores: todos los posibles: los míos y con ellos todos los de quienes me precedieron sobre esta tierra desde el principio de los tiempos.
Probablemente en este mismo instante, mientras tecleo estas palabras, mantengo viva tan antigua tradición.
Pero comienza un nuevo año. Se llama 2019 en este hemisferio del planeta, una convención como cualquier otra y tan útil para mis intereses como cualquier otra, y sí, me hace ilusión, porque 2019 es mi próximo horizonte y, permíteme la familiaridad, también el tuyo. Y además porque me gusta cómo suena al oído: dos mil diecinueve. Me gusta mucho. Dos mil diecinueve.
Evidentemente desde el ya lejano y remoto dos mil dieciocho que dejé atrás hace apenas un momento yo no he cambiado nada, y las mismas cosas, buenas y malas, me seguirán sucediendo o, para ser más exactos, a menudo no sucediendo; y añado: las mismas cosas, buenas y malas, seguiré cometiéndolas a menudo a mi pesar (y entiendo que este último detalle sea difícil de comprender para quienes poseen el poder infinitamente envidiado de controlar lo que quieren o no quieren hacer con sus vidas).
Me arrodillo metafóricamente ante mi propia confesión y no sé si reír o llorar, aunque una cosa sé con absoluta seguridad: en este dos mil diecinueve que ahora da sus primeros pasos reiré y lloraré, reiré y lloraré.
martes, 1 de enero de 2019
Uno de enero
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8 comentarios:
Que tengas un feliz año, o que el simple hecho de vivir este 2019 te haga feliz. Un petó, germà.
Pues yo te deseo feliz año, Jesús, a pesar de todos los pesares. Te deseo que sea un buen año.
Si te sirve de consuelo, yo he empezado el año, hoy mismo, metiendo la pata hasta el corvejón. ¡Qué se le va a hacer! En esta vida que nos ha tocado, creo que la clave está en tener algo de clase, estilo, una cierta elegancia para encajar lo que nos trae, y en especial todo lo malo, que es mucho y a cascoporro, y sobre todo encajar nuestros errores y equivocaciones con cierto donaire y cierta indulgencia con nuestras pobres personas. Que al final no somos tan pobres gracias precisamente a tanta equivocación.
De ti para mí, el muchísimos por ciento de lo que hacemos son equivocaciones (pero hay una pequeñísima parte de grandísimos aciertos que iluminan nuestra vida y la de los que nos rodean -o nos leen-). De ahí que nos volvamos inteligentes a la fuerza.
Yo, por ejemplo, tenía, en 2018, un gravísimo problema con la toma de decisiones: lo que llaman naufragar en un mar de dudas. Quizás esto no tenga solución, pero la mía ha sido darme cuenta de que, decida lo que decida, me voy a equivocar; haga lo que haga, la voy a cagar, así que, si se puede, la cagamos a lo grande. Después de esto, he dejado de martirizarme por las equivocaciones del pasado.¡Qué espléndida vida! ¡La he cagado por todos lados hasta la mayor de las mediocridades! ¡Ole, ole y ole! (y aquí, pedorreta al mundo).
Te mando un abrazo grande y me alegra mucho que sigas escribiendo y que nos inaugures el año.
Bon dia, Eponelep, germaneta del bosc, i bon any. La rutina regresa y, para este ser humano canoso y tranquilo, eso es una buena noticia.
Boira i més boira. M'agrada la boira. I l'hivern també. Un grado en barbastro. El café está en marcha.
Hola, Marisa, me uno con entusiasmo a tu pedorreta al mundo! Ole, ole y ole. Y no olvidemos nunca que por mucho que nos equivoquemos nuestra vida se acuesta y resucita cada día. Un abrazo.
Me hiciste sonreír de puro placer de leer tu primera entrada!
Un abrazo
Me alegro de que vuelvas a escribir. He comenzado a componer música. No veas lo complicado que es esto, y lo atractivo también. Como no trata de palabras, siempre puedo desdecirme. Pero es serio, o yo lo veo así. Se trata de decir con sonidos, y hay, constantemente, que elegir. Bueno, sigo leyéndote y componiendo.
Un abrazo
Gracias, José Luis. Tengo mucha curiosidad por saber qué tipo de música compones. Envíamela por correo, por favor. O publícala aquí en internet, como hago yo, pero tengo mucha mucha curiosidad.
Un abrazo.
Intento que las composiciones sean personales, pero creo que por ahora suenan pretenciosas y les falta algo, que debe ser emoción. Quizás la interpretación alivie algo eso, pero debería ser ya una cualidad de entrada. En fin, primero escribir y pensar, luego grabarlo, pero todavía estpy en el primer paso, pensar, escribir. Pero me gusta. Cuando tenga algo más acabado ya te lo mandaré. Me da cierta vergüenza, claro.
Un abrazo
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