sábado, 26 de enero de 2019

Veintiséis de enero

Como es sábado me he permitido una siesta tardía a las cinco que me ha devuelto a la orilla a las siete y media de la tarde. Y cuando digo orilla digo bien, porque al abrir los ojos no sabía si era por la mañana o por la noche, en una cama o tumbado en la arena de la playa como Robinson Crusoe.

El tiempo erosiona poco a poco mi cuerpo, en el exterior y en el interior, sin que me de cuenta cada minuto pero sí cada varios meses o años. Hoy estuve viendo fotografías de cuando no tenía canas ni barba y pesaba diez o quince kilos menos (aunque fumaba). Buscaba sobre todo fotos de mis hijos. Por entretenerme. Por llorar un poco -pero estoy exagerando, no he llorado. Bueno, un poco sí.

En los últimos tiempos me estoy planteando hacer cosas: volver a montar a caballo (tengo fichada una hípica en Capella, cerca de Graus), y aprender a dibujar y pintar (tengo fichada a María Maza, aquí, en Barbastro).  Hacer cosas. Me da miedo enunciarlas en voz alta porque me conozco y sé de mi  inveterada pereza, pero precisamente quiero luchar contra ella después de años de rendición.  No sé qué pasará. Aquí queda escrito en piedra analógica, como dos diminutas tablas de la ley.

9 comentarios:

Elvira dijo...

Yo de ti empezaría por el caballo. Creo que si tuviera más equilibrio y más salud, me gustaría montar.

Si le vuelves a coger el gustillo, no te dará ninguna pereza, ya verás.

Un beso

Jesús Miramón dijo...

Amo los caballos. Eso lo voy a hacer sí o sí. Lamento que tú no puedas permitírtelo por tu salud pero, en lo que pueda, prometo transmitir un poco de lo que se siente.

Yo he montado desde que era adolescente. Durante mi época de residencia en Banyoles me hice socio del club de allí y montaba una yegua que se llamaba Llivia. Ya se habrá ido al cielo de los caballos.

Odio la hípica de competición, pero amo cabalgar por el bosque y los campos.

Un beso.

Epolenep dijo...

Yo nunca he montado a caballo, ni se me ha ocurrido... creo que me he perdido algo maravilloso, tendré que probarlo. Lo más parecido que he hecho, creo, es esquiar por el bosque. Cómo me gusta leerte cada día!!!

Jesús Miramón dijo...

Pero esquiar por el bosque, algo que yo no sé hacer, debe de ser algo maravilloso. Y no debes domar a ningún animal.

Cabalgar, a pesar de mis reticencias morales, que rápidamente envío al desván de mi cerebro, es algo maravilloso. Ves la naturaleza de otro modo. Y además está el vínculo con el animal, un animal poderoso y noble que sin embargo acepta tu voluntad.

A mí también me gusta que me leas cada día, Silvia. Un beso muy muy fuerte.

Marisa dijo...

Pues ¡ánimo también con la pintura! El dibujo es una destreza que puedes aprender mejor o peor, pero la pintura es un juego, si encuentras el punto de libertad anímica (que creo que es lo más difícil de conseguir), y si tu profesor@ te anima a que lo encuentres. Para mí es un proceso muy inconsciente (se te va la olla) e independiente del resultado final. Incluso cuando copias (p.e. un paisaje) e introduces tu propia interpretación, no sabes qué saldrá de todo ese juego. Te lo digo porque soy aficionada -e incluso he hecho alguna exposición- y, aunque prefiero el dibujo (quizá porque es más racional), la libertad de los colores es algo único. Yo te animo mucho también a que lances sin complejos. La técnica del dibujo es una base muy importante, pero hasta de la técnica hay que liberarse.

Un abrazo.

NáN dijo...

Los propósitos de Nochevieja son risibles y están bastante achampañados, lo que primero te lanza y luego te quita. Pero los tuyos parecen hechos de la meditación pausada de casi un mes entero. Creo que los lograrás.

Me has hecho pensar que desde hace poco tiempo mis propósitos de un nuevo año más que de hacer son de dejar de hacer esto o lo otro. Me ha entrado un ataque de esencialismo minimalista.

Jesús Miramón dijo...

Fíjate, Marisa, que lo a mí siempre se me dio bien fue dibujar. Si esto lo lee alguien de mi familia lo podrá corroborar. Yo siempre imaginé que mi (absurdo) afán de crear iría por esos derroteros, pero finalmente terminé escribiendo. Por eso quiero comprobar si queda algo de aquella facilidad innata en mí. Quiero dibujar, quiero aprender a pintar. Ya me he puesto en contacto con mi futura profesora, nos conocemos por mi trabajo. Me cae fenomenal y me gusta su trabajo. Ya os iré contando.

Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Ay, Nán, mis propósitos de año nuevo fueron incumplidos, uno detrás del otro, el dos de enero. Todos en un mismo día.

Estos creo que son otra cosa. Ya me he puesto en contacto con María. Y en la hípica hay bonos. Yo también soy esencialista minimalista, pero me apetece probar.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Primer objetivo en marcha. La semana que viene comienzo mi curso de pintura y dibujo con María Maza los miércoles de siete a ocho y media de la tarde :-)