Pensamos que no nos pasa nada porque no somos socialmente importantes, porque no hemos logrado triunfos deportivos, industriales, culturales o políticos, o porque aparentemente no influimos en el curso del mundo. Pensamos que nuestra vida es insignificante pero, tras tantos años atendiendo a ciudadanos y escribiendo estos cuadernos puedo afirmar con absoluta certeza que ninguna vida lo es, ningún instante. Lo cual, he de añadir, no significa nada más que lo que significa.
El presente del mundo es la ingente suma de sucesos diminutos y, en muy escasas ocasiones, descomunales (pienso en Bach, pienso en Nelson Mandela, pienso, por ejemplo, en el equipo de ingenieros que diseñaron el primer viaje a la luna).
Ya lo he escrito alguna vez, pero nada me conmueve tanto como entrar, por ejemplo, en una ermita románica y contemplar la piedra del suelo de la puerta del pequeño templo hendida y gastada por miles y miles de pasos humanos a lo largo de los siglos. O las siluetas de prehistóricas manos anónimas fijadas en la roca de las paredes de cuevas recónditas descubiertas por pura casualidad.
Ninguna vida, ningún momento, es insignificante, lo cual no quiere decir que nuestras vidas o siquiera nuestro mundo sean la cima, el final o el principio de lo más importante en la historia del universo, este universo vastísimo, inmensurable y todavía inexplorado.
Hemos de saber esto, incluso si no tiene sentido alguno: formamos parte de esta aventura. Sin nosotros, sin cada uno de nuestros cotidianos días, por aburridos que sean, el mundo no sería como es. Somos creadores.
jueves, 17 de enero de 2019
Diecisiete de enero
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4 comentarios:
Creamos el mundo, todos juntos, tal cual como es, era y será. Pero otros, otras, como los animales, los vientos, los corrientes oceánicos, los aires, el sol, lo crean también. Somos parte de una cosa grande, amplia, misteriosa. Tratamos de entender el andar del mundo, del universo, y cuando entramos en una iglesia romana en Asturias o en Groningen (la provincia en el norte de Holanda donde hay más iglesias romanas que en cualquier otra provincia de Holanda) sentimos lo que tu sientes, u otra cosa. Si quieres, puedes ver desde afuera una iglesia romana en Groningen en este vídeo que hice una vez: https://youtu.be/pgBDAP1gpNE
He visto el vídeo, precioso (me ha alegrado mucho ver a Aafke), pero romana y románica son conceptos diferentes, querido Jan. El arte románico hace referencia a los siglos XI y XII, y la iglesia que aparece en la película es mucho más moderna. Da igual. Me han encantado las pequeñas olas del canal golpeando contra las riberas, la casa tan bonita, vuestros amigos. Un beso para los dos.
La torre de la iglesia es moderna, pero el resto no. Se fundó al comienzo del siglo XIII, como muchas de las iglesias romanas o románicas en Groningen.
¿Sabes qué? Que me da igual. He vuelto a ver el vídeo entero y es una auténtica maravilla. Desde los pájaros entre las ramas hasta la lluvia sobre los coches. Maravilloso. Poesía pura. Maravilloso.
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