Hemos comido en casa de mi hermano. Lucía el sol y hemos podido tomar un vermú en el jardín. Ha llegado mi hermana y casi toda su familia. El cielo era azul. Conejo al ajillo. Huevos rellenos. Anchoas en salmuera. Salmón ahumado. Qué delgada mi madre. Qué triste mi padre. Sé que sólo puedo dibujar lo que veo sin poder cambiarlo. Si pudiera devolver la memoria al cerebro de mi madre. Si pudiera devolver la alegría cotidiana a los ojos de mi padre. Qué azul era el cielo sobre la casa de mi hermano.
domingo, 2 de febrero de 2020
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2 comentarios:
Vaya...
Sí, es duro. Por mi trabajo y la experiencia de primos y amigos sé que lo que nos espera, sobre todo a mi padre, que es quien la está cuidando, sé que nos espera, digo, un camino muy difícil. Pero sé que lo afrontaremos con mucho amor, y el amor, entre otras cosas, confiere valor.
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