No conozco el mundo. Iba a escribir "no reconozco el mundo" pero me he dado cuenta de que, para reconocer, hay que haber conocido antes, y yo no conozco el mundo. Ni siquiera me conozco a mí mismo ni, en general, las cosas que me rodean. No conozco nada y sin embargo dejé hace muchas semanas la medicación: antidepresivos, ansiolíticos: ya no los necesito. Estoy limpio.
Los vencejos y aviones comunes volvieron a las calles y plazas de Barbastro, y en el campo también los iridiscentes abejarucos. Los observé el otro día paseando junto al canal. Había hormigas cruzando en fila la estrecha carretera de servicio de la confederación hidrográfica, y en el cielo azul nubes blancas a kilómetros de altura, y en los márgenes del camino flores, muchas flores de primavera. El cuerpecillo de un ratón muerto que la corriente de agua trasladaba con indiferencia en dirección contraria a la mía.
martes, 26 de mayo de 2020
Indiferencia
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3 comentarios:
Mi estado ahora mismo
sería Perplejidad.
Un abrazo fuerte.
La perplejidad también me acompaña a mí de manera permanente, especialmente hoy. Un abrazo.
Incertidumbre y cómo gestionarla, en eso es lo que pienso, más o menos.
Un abrazo
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