Mis manos son guantes, mi rostro una máscara, mi cuerpo un disfraz de mí. La noche ronda entre las calles frías y desiertas, sedienta. Yo escribo estas palabras a la luz de una lámpara, rodeado de oscuridad.
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1 comentario:
Salvo el disfraz que se adueña (lo sé por experiencia también)
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