Pienso en el mundo actual, con sus guerras, sus pandemias, sus diferencias sociales, y caigo en la cuenta de que no debería pensar que el mundo entero es así. Ni la edad media era oscura ni la edad moderna luz. Millones de personas fueron felices en la edad media y millones de personas no lo han sido en la edad moderna: las guerras antiguas fueron crueles y algunas duraron cien años, quemaban a personas vivas en hogueras, torturaban, asesinaban, pero hubo niños que crecieron felices en aquel tiempo, que sintieron el amor y lo propagaron sin estridencias en sus aldeas y regiones a salvo. En nuestra naturaleza está clasificar las cosas, nuestro lenguaje inventó los adjetivos, pero la vida es algo más complejo, diverso, inmenso e infinitamente más diminuto al mismo tiempo. Cada existencia tuvo su afán.
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4 comentarios:
Hola, Jesús, cuánto tiempo, pero tú sigues aquí. El otro día te encontré en los comentarios de el diario y te respondí, me hizo ilusión "verte" allí, pero tú no pudiste reconocerme porque ahí uso un alias, Amperio.
¡Ángela! La que vive entre ciervos y bisontes, en las llanuras del oeste. Cuantísimo tiempo. Me alegro muchísimo de reencontrarte.
Ya ves, yo sigo aquí, escribiendo muy de vez en cuando lo que fueron y son los blogs: diarios personales. Soy uno de los últimos mohicanos.
Me ha hecho mucha ilusión verte de nuevo. Espero que tu vida en aquellos paisajes sea tranquila y, por lo tanto, feliz. Un beso.
Ya no estoy entre ciervos y bisontes, sino en la Sierra Norte de Madrid. Nos vinimos hace casi dos años ya, a vivir nuestra jubilación cerca de mis hijos y mis nietos. Después de 17 años por aquellas bellísimas tierras, ya era tiempo de volver.
Oh, han sido tantos años desde nuestro último contacto, bien, muy bien, hijos y nietos, Ángela, me alegro por ti. Y me encanta tu última frase: "Ya era tiempo de volver". Disfruta, vive, bailemos hasta que se apague la música. Ya era tiempo de volver. Bienvenida con casi dos años de retraso.
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