domingo, 30 de junio de 2024

Tres cuartos de hora

Junio de dos mil veinticuatro termina. No volverá a suceder. Tomé las tres primeras semanas de vacaciones y viajamos a Bergen para estar con nuestra hija, durante esas semanas ella y Alex tenían dos viviendas alquiladas y aprovechamos la ocasión. Maite y yo vivíamos en su casa anterior mientras ellos hacían su vida en la posterior. Fue muy bonito tener a mi hija al alcance de la mano. Yo fui feliz con la lluvia y el frío, fui feliz con el sol de medianoche, fui feliz por poder abrazar y besar a Paula, mi ratoncita, cada día. Hicimos excursiones, pasamos los últimos días en una casa en un fiordo donada a la universidad, que sortean entre sus trabajadores y le había tocado a Alex. Bosques de musgo, cascadas, ríos, agua dulce, agua salada, cielos de color acero: Noruega.

Ahora escribo en España. Ayer llovió y el río Vero fluye de color marrón frente a nuestro apartamento en Barbastro. Los campos, en esta época del año, son amarillos. El verde esmeralda de la primavera dio paso al cereal dorado como el oro de los aztecas. Los aviones y vencejos rasgan el cielo con sus alas en forma de guadaña. El mundo y, sobre todo, el curso del tiempo, es algo difícil de escribir. Pero junio termina y yo me acostaré con el ventilador, esa hélice de hidroavión de Alaska, encendido en el modo dos. Echo de menos a mi hija que vive tan lejos; echo de menos a mi hijo que vive tan cerca pero se ha hecho un hombre; echo de menos mi juventud junto a mi compañera, cada día más preciosa y parte de mi ser, de mi vida. Soy un hombre normal y sólo quiero disfrutar sin alharacas del tiempo que me ha sido dado. Nada más me importa. Julio de dos mil venticuatro ya está ahí, a la vuelta de tres cuartos de hora. Yo dormiré.

2 comentarios:

Tusitala dijo...

Yo no se como lo haces, yo soy incapaz, me parece, siempre me ha parecido, ese don que tienes para describir las cosas más cotidianas tan bien, tan bonitas...
Un abrazo muy fuerte de tu gemelo hermano

Jesús Miramón dijo...

¡Un abrazo y buenos días, Tusitala! (Y gracias) (Te quiero)