Poco a poco la oscuridad es sustituida por la luz que se filtra a través de la persiana de la ventana. El proceso es casi imperceptible, al principio en forma de fotones oscuros, luego grises y lechosos hasta hacerse, segundo a segundo, transparentes. Mi cuerpo yace sobre la cama, inmóvil. Mañana de domingo en Zaragoza. Ayer me acosté pronto. Últimamente el cansancio me vence a partir de las nueve y media de la noche, lo que causa que me despierte espontáneamente muy temprano. Me gusta quedarme despierto bajo las sábanas durante muchos minutos, sin prisa, regresando.
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