Me siento muy afortunado de que mis padres vivan. Sé que, como la de mis hijos, se trata de una fortuna pasajera, así que las ocasiones en que nos reunimos trato de disfrutar conscientemente de ella. Preparo unos hermosos gambones a la plancha, mamá fríe en la sartén empanadillas caseras, papá, Maite y los chicos entran y salen de la cocina llevando cosas a la mesa del salón. Afuera, al otro lado del cristal empañado de la galería, los tejados conservan la blancura de la niebla escarchada. Doy la vuelta a los gambones, los espolvoreo de sal gorda, los salpico de aceite de oliva. Ya está puesta la mesa, dice alguien, ¿qué champán saco? ¡El de la terraza está más fresco que el del frigorífico! Y es verdad: hace mucho, muchísimo frío en la calle, el pueblo entero está helado. Nuestros corazones no.
jueves, 25 de diciembre de 2008
domingo, 21 de diciembre de 2008
El noi de la mare
Què li darem a n'el noi de la mare?
què li darem que li sàpiga bo?
Li darem panses amb unes balances,
Li darem figues amb un paneró.
Què li darem al fillet de Maria?
Què li darem a l'hermós infantó?
Panses i figues i nous i olives,
Panses i figues i mel i mató.
Tan patantam que les figues són verdes,
Tan patantam que ja maduraran.
Si no maduren el dia de Pasqua
Maduraran en el dia de Rams!
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Este es uno de mis villancicos favoritos. La interpretación que he podido encontrar es del Orfeó Catalá. Feliz navidad.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Cantábrico
Ha helado esta noche y una película blanca cubre todo el paisaje. Los coches que me preceden han abierto una franja seca sobre el asfalto de color azul cantábrico. Sólo faltan dos semanas. Necesito pasear a la orilla del mar.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Jaculatoria
Dejé de fumar hace dos años y medio. No me he cortado el pelo desde abril. Volví a engordar porque dejé de hacer ejercicio y ser abstemio. Cada día admiro más a la gente corriente, héroes de la lucha y la gloria verdaderas, con una admiración inversamente proporcional al asco que me producen, salvo algunas excepciones, intelectuales, escritores, filósofos y obispos en general. Por aquellos no me permitiré, no lo haré, odiar la navidad. Sí me permitiré reírme con mueca de hiena del descalabro de algunos multimillonarios, víctimas de fraudes basados en su codicia insaciable. Este último verano conseguí, después de muchos años intentándolo, dejar de comprar el periódico a diario para pasar a leerlo sólo los fines de semana. No sé muy bien lo que quiero, lo que busco, lo cual a estas alturas de mi vida resulta entre ridículo y patético. Me salva el cariño de algunos que me aman. La música. La exploración.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Miércoles
A este señor le conozco, su cabello ha encanecido y el trazo de la boca se ha transformado en una mueca, viudo sin matrimonio. Yo amo a las madres que acaban de tener un hijo, amo sus cuerpos entumecidos, su piel translúcida, su fortaleza. Oh, no me gusta que usted diga "por favor" constantemente, no, no me gusta: "por favor, por favor, por favor", ¿acaso piensa que voy a atenderle mejor por eso? ¿teme que vaya a tratarle mal por ser marroquí? No, no es necesario suplicar, piense que su actitud nos envilece a los dos. Una anciana de rostro masculino y nariz roja me observa con los brillantes ojos de su juventud.
Anotado por Jesús Miramón a las 23:54 | Diario , Vida laboral
lunes, 8 de diciembre de 2008
Leña de almendro
El sábado fui al huerto de mi amigo a recoger leña de almendro. Allí estaban él y su padre de ochenta y un años, quienes, más allá de la generosidad, me habían preparado unos sacos. La mañana era soleada, cristalina, blanca. Estuvimos charlando un rato, cargué la leña en la Picasso y vine a casa. Por la tarde encendí la chimenea con papel de periódico usado. Pronto danzaban las llamas. Puse mi vieja cámara fotográfica sobre la mesa, frente al hogar, y grabé un minuto y medio de vídeo. Me gusta ese crepitar.
Lunes
Me levanto muy tarde, cerca de las doce del mediodía, torpe, pesado, arrepentido. Me asomo a la calle. El cielo es una superficie gris tan lisa y uniforme que parece de otro mundo. Si no fuese por el humo que se eleva de algunas chimeneas pensaría que el pueblo está desierto. ¿Ha caído una bomba de neutrones? ¿Han venido naves extraterrestres mientras dormía y han secuestrado a todos los habitantes de Binéfar? ¿O se trata simplemente del invierno rural, tan distinto al urbano, acercándose?
domingo, 7 de diciembre de 2008
Después del ensayo
A lo que más se parece a veces el ejercicio de la música es al duro trabajo del pico y la pala: repetición y sudor, frustración, paciencia, fe. Primer ensayo de los tres coros que estamos preparando el concierto de navidad con la Orquesta de Cámara de Huesca. Problemas de empaste, típicos cuando se reúnen corales acostumbradas cada una a sus directoras; problemas con la sonoridad de la sala del Palacio de Congresos de Barbastro donde estamos ensayando, cuadrada y de techo muy bajo; problemas con algunas partituras que contienen diferencias entre unos grupos y otros; problemas con los tenores de los tres coros, que definitivamente no tienen su día; etcétera. Sí, yo diría que, en cuanto al ejercicio de la música se refiere, la fe, casi tanto como el pico y la pala, es un elemento absolutamente imprescindible.
Anotado por Jesús Miramón a las 11:53 | Después del ensayo
martes, 2 de diciembre de 2008
lunes, 1 de diciembre de 2008
Polvo de alas
A las seis de la tarde salgo del trabajo entorpecido por el (polvo de alas) peso de todas las personas con las que he hablado a lo largo del día: hombres, mujeres, jóvenes, ancianos, niños traductores para sus padres extranjeros. Tantas palabras brotando de mi boca hasta quedarme ronco, tantos (compasivos, indiferentes, enternecidos, cínicos, indignados, lujuriosos, melancólicos) pensamientos. A las seis de la tarde salgo de la oficina y ya es de noche. Entro en mi coche, introduzco la llave bajo al volante, arranco el motor y se iluminan los instrumentos de color verde. Nunca deja de sorprenderme la (inevitable) sólida consistencia del vínculo que existe entre todos nosotros, (navegantes) seres humanos. Un vehículo me envía un destello de luces desde atrás, con un gesto de la mano su ocupante me pregunta si voy a dejar libre la plaza de aparcamiento, le digo que sí, pongo en marcha el intermitente, maniobro para salir, (vuelvo a mi casa) me voy.
Anotado por Jesús Miramón a las 20:37 | Diario , Vida laboral