lunes, 8 de diciembre de 2008

Lunes

Me levanto muy tarde, cerca de las doce del mediodía, torpe, pesado, arrepentido. Me asomo a la calle. El cielo es una superficie gris tan lisa y uniforme que parece de otro mundo. Si no fuese por el humo que se eleva de algunas chimeneas pensaría que el pueblo está desierto. ¿Ha caído una bomba de neutrones? ¿Han venido naves extraterrestres mientras dormía y han secuestrado a todos los habitantes de Binéfar? ¿O se trata simplemente del invierno rural, tan distinto al urbano, acercándose?

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