martes, 13 de marzo de 2007

Astilleros

No es que pensara que al hacerse adulto dejaría de soñar, pero le sorprende seguir haciéndolo con la misma intensidad que cuando era pequeño. Esta noche, por ejemplo, caminaba a través de las calles de una ciudad familiar y al mismo tiempo extraña. A pesar de las horas transcurridas recuerda perfectamente la claridad de los muros y las aceras bajo un cielo cubierto de nubes negras. Astilleros. La tensión del aire anunciando la tormenta. Balcones antiguos en las fachadas. El olor del mar.

9 comentarios:

e-catarsis dijo...

Hola
Pasaba por aquí y me que quedado pensando, porque es verdad que hay veces que me sorprende la intensidad con la recuerdo, sueños o pesadillas que de todo hay

Un saludo

Jesús Miramón dijo...

Hola e-catarsis, bienvenida. Yo sueño por rachas: hay épocas en las que lo hago cada noche y otras en las que no sueño nada. Ahora estoy pasando una muy activa: esta noche despegaba en un avión de pasajeros y más tarde estaba en un submarino de investigación científica que exploraba el fondo de un río (tengo la sensación de que era en China, no sé por qué). Yo era uno de los que debían salir de la nave, protegido por una escafandra parecida a la de los astronautas, para absorber arena con un tubo grande. Recuerdo el sonido de mi respiración dentro del casco. Era como estar dentro de una novela de Julio Verne.

Miranda dijo...

Oye, cuantísima actividad.
Yo recuerdo una época en la que soñaba con cosas así (en mi caso eran bicicletas, caballos y barcos) y me despertaba agotada.
Es buenísimo eso de acordarse de los sueños. A veces hasta puedes seguir soñando con lo mismo aúnque te hayas despertado.
Debe de ser un chasco no soñar nunca. Dicen que para que los niños se acostumbren a soñar hay que preguntarles por sus sueños, y que así se van acordando y luego siguen así toda la vida. Por lo visto soñar es buenísimo para el coco, para la cordura esa...

Eso espero...por lo que me toca, jojojojo.

Beso.

M.

e-catarsis dijo...

Me suena a noticia ( que uno sueña a partir de realidades aunque luego sale lo que sale y nada que ver con la realidad que estimula tal o cual sueño,de gaseoducto argelino con problemas porque estan un poco pesados con la cosa del precio y esto al final...)reconvertida de una manera mucho más poética que el dinero ya se sabe es tremendamente prosaico y para soñar deja poco espacio ;-)

China mucho mejor escenario, sin duda la cosa oriental da mucho más juego.

Yo creo que si nos dan medio minuto (a ud o a mí) montamos un guión...será por ideas... :D

Gracias, un placer visitar su casa

PD Eternamente agradecida si me pasa algo de actividad que ultimamente ando algo escasa de sueños y esto no es mentalmete saludable

Jesús Miramón dijo...

Hola, Miranda :-) Si será buenísimo acordarse de lo que uno ha soñado que cuando a media mañana, por ejemplo, recuerdo lo que he soñado esa noche, una ola de placer relaja mi cerebro al instante. No sé a qué se deberá pero es así. Por eso me gusta anotarlos (cuando me acuerdo y cuando me acuerdo de anotarlos... ).

Jesús Miramón dijo...

Creo que ya sé por qué tenía la sensación de haber soñado con un río en China: hace algún tiempo leí la noticia de que una expedición científica había tratado de encontrar los últimos ejemplares de delfín de agua dulce del río Yangtze, declarándolo extinguido tras más de un mes de búsqueda infructuosa. Misterios del cerebro y la memoria.

Un saludo, e-catarsis :-)

Portarosa dijo...

Tengo entendido que, soñar, se sueña siempre, pero lo que ocurre es que no siempre se recuerda (yo, por ejemplo, casi nunca). Y que, por eso, hablar de si uno sueña mucho o poco no tenía demasiado sentido.

En cualquier caso, no sé por qué yo relaciono no soñar/recordar mis sueños con cierta represión mental. Pero no sé por qué, ya digo.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Seguramente porque lo frecuente es no recordarlos es por lo que resulta tan agradable cuando nos acordamos. Uno se siente más dueño de su realidad, por decirlo de alguna manera.

Un abrazo, Portorosa :-)

Portarosa dijo...

Yo creo que lo relaciono, Jesús, con un desplazamiento de la imaginación por parte de la avasalladora razón. Es como si ésta no dejase sitio para que esa parte inconsciente, y que supongo en el fondo más sincera, saliese de vez en cuando a la luz y se soltase la melena.

Creo que es una constante en mi vida, esa represión.

Un abrazo.