domingo, 2 de noviembre de 2008

Deshoras

El sonido del agua en los canalones del tejado me despertó a las cinco y media de la madrugada. Fui al frigorífico y bebí zumo de naranja. Llovía furiosamente a la luz de las farolas de la calle. La casa estaba en silencio. Vine al salón y estuve leyendo. Dejó de llover y se levantó el viento. Cuando empezaba a amanecer regresé a la cama. He dormido hasta las once y media. El domingo es oscuro y frío.

2 comentarios:

Hipatia dijo...

Todos esos meteoros te los estamos soplando desde el Cantábrico.
Hoy muchos nervios en Brasil: también llueve.
Bonito texto. Muchas gracias.
Un saludo desde un púlsar.

Jesús Miramón dijo...

Nervios en Brasil con un desenlace no de mi agrado: el mundial de Fórmula 1 lo ha ganado Hamilton, al fin su papá estará contento.

Esta mañana no llueve. Mañana de lunes. Me gusta la sensación de volver a comenzar.

Buenos días y gracias a ti, Hipatia.