miércoles, 5 de noviembre de 2008

Un día histórico

Me levanto con la noticia de que Barack Obama se ha convertido en el primer presidente negro de la historia de los Estados Unidos de América, y lo ha hecho, como sucedió en las primeras elecciones de José Luis Rodríguez Zapatero en España, con una afluencia masiva de votantes, entre ellos, significativamente, jóvenes y ciudadanos que en otras ocasiones no acudían a las urnas. Tal vez este miércoles otoñal sea una de esas fechas históricas que recordaremos cuando seamos muy mayores ("yo tenía cuarenta y cinco años el día que Obama ganó la elecciones"), sobre todo si cumple con sus promesas de cambio y regeneración en estos tiempos de crisis. El mundo necesita líderes carismáticos, líderes honestos que sean conscientes de los errores que se han cometido. Hoy siento un poco más de esperanza que ayer.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si cumple con tanta expectativa, que ha prometido mucho.
Yo también me he alegrado, y de lo abultado del éxito, además.

Petrusdom dijo...

Yo la verdad soy escéptico en lo relativo a los políticos "mesiánicos" y pienso que a los de de fuera de los EE.UU poco nos va a cambiar la vida.
Pero cuelquiera mejor que Mr. Arbusto.

Saludos cordiales.

Jesús Miramón dijo...

Yo, ante la victoria de Obama y sabiendo que los parámetros políticos de USA son muy distintos a los europeos, soy de los que, puestos a elegir entre la esperanza y el escepticismo, opto por la esperanza. El escepticismo, a menudo pomposo y autosuficiente, lo dejo para los muchos antiprogresistas que en este hemisferio del mundo prefieren llamarse "liberales" (lo cual no deja de ser paradójico).

Un saludo y buenos días.

Miranda dijo...

Un discurso memorable y un momento histórico.

Un país increíble, de grandes contrastes, que nos está dando una lección a todos los países del mundo.

Hay esperanza.

Un abrazo enorme.

M.

Jesús Miramón dijo...

Un abrazo, Miranda.

Portarosa dijo...

Un país increíble, sin duda. Es otra cosa; para lo bueno y para lo malo, pero ese país es otra cosa.

El discurso me ha llegado a poner los pelos de punta, y yo también espero que esta esperanza de cambio no se quede en eso.

Qué curioso, ¿verdad?, cómo hablan de su familia, el hueco que le dejan en sus discursos, y el desarraigo que, luego, parece haber (comparados con nosotros, al menos, que sin embargo la dejamos fuera de cualquier actividad pública).

Un fuerte abrazo, Jesús.

Jesús Miramón dijo...

Familia e ideales. Recuerdo las intensísimas emociones que sentí al pasear por el cementerio de la playa de Omaha, en Normandía. Estados Unidos es un gran país, todavía joven, todavía soñador (aunque de los sueños puedan emerger también, a veces, pesadillas). El discurso de Obama está hecho de familia e ideales, representa lo mejor de la historia americana, y aunque habla a sus conciudadanos, su eco nos alcanza. Nos ha tocado vivir en esta época, no en la de Roma o la China imperial: el eco de Estados Unidos de América nos alcanza, y el que podemos empezar a oír ahora suena distinto al de los últimos años. Que la realidad se encargue de contradecirme, nada podré hacer contra ella, ahora escojo la alegría y la ilusión.

Un abrazo, Portorosa.