jueves, 22 de abril de 2010

Edificios

1.

Hoy Carlos cumple trece años (oh, dios mío). ¡Y el próximo curso su hermana, de diecisiete, se va a Barcelona, a la Universidad! Claro que yo mismo cumpliré cuarenta y siete el mes que viene. ¡Cuarenta y siete! ¿Puedes creerlo?

2.

Regresaron los aviones comunes que anidan en el alero de mi casa, los pequeños vecinos que durante años confundí con vencejos. Todavía no hay muchos, son la vanguardia de los que vendrán. Sus chillidos aéreos se mezclan con los gritos de los niños que juegan en el parque de atrás, el eco aumentado por las sólidas fachadas de los edificios.

11 comentarios:

Portarosa dijo...

No. ¿Cómo voy a poder, si es increíble?

Felicidades atrasadas a Carlos.

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Portorosa. Sí que es increíble, todo esto lo es, las edades, los lugares, la luz, el mundo, existir.

Un abrazo.

NáN dijo...

Felicidades a Carlos y a la hermana, por su entrada en la Universidad. Eso sí me da envidia. Entrar en la Universidad, tener permiso para equivocarte continuamente y tener que aprenderlo todo de la vida.

Pero hay algo de lo que te puedes alegrar: de que seamos europeos meridionales. Ayer vi en la tele una entrevista a Fernando Trueba. Hablaba de su relación con Billy Wilder y recordaba que este siempre le decía que estuviera todo el tiempo posible con su hijo, aunque aquí en España no se pierde el contacto con ellos. Decía (Wilder) que aunque estuviera muy bien en los USA, había algo que no podía soportar: cuando los hijos van a la Universidad, lo normal es que ya no los vuelvas a ver salvo un año sí y uno no en el Día de Acción de Gracias.

En cambio, aquí, mi compañera se quejaba esta mañana de que nuestro hijo pasa demasiadas veces por casa.

Miguel Baquero dijo...

El ruido de los niños gritando en la calle es el ruido de la primavera

Jesús Miramón dijo...

Europeos meridionales, es verdad, Nán. En estas tierras la familia todavía sigue siendo algo importante para nosotros. Hay muchas cosas que no me gustan y aún me avergüenzan de la idiosincrasia española, no hace mucho hablaba aquí de algunas de ellas, pero la pervivencia de las relaciones entre padres e hijos me conmueve. Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Cada grito infantil empuja el invierno un poco más hacia atrás.

Elvira dijo...

Yo he cumplido 56, dios mío!!! Y mi hija volverá pronto de Camboya, para ir luego... ¿a qué país?

Espero que a tu niña le guste esta ciudad. Un beso

Jesús Miramón dijo...

Hola, Elvira, tal vez la próxima vez, lo digo pensando en su madre, tu hija no se vaya tan lejos.

Conocemos Barcelona, hemos ido varias veces, y Paula está entusiasmada (imagínate lo que una ciudad como Barcelona representa para una chica que se ha criado en un pueblo de nueve mil habitantes).

Un beso.

Elvira dijo...

Esa es su intención, menos mal! :-)

A filla do mar dijo...

Estudiar en Barcelona tienen que ser alucinante!!!

Felicidades a Carlos.

Jesús Miramón dijo...

Imagínate, una de las ciudades más importantes del mundo, y al lado del mar. Los jóvenes de estas comarcas suelen ir a estudiar allí.

Gracias.

(Yo sólo hay una cosa de Barcelona que no soporto, su grado de humedad en verano. Es algo terrible para quienes no estamos acostumbrados.)