miércoles, 15 de septiembre de 2010

Mahamet

Mahamet me dice que no hay trabajo porque ahora las grandes bodegas vendimian con máquinas. Cuando llegue a casa me enteraré a través de internet de que una sola vendimiadora mecánica hace en un día la faena de cien hombres, pero ahora todavía no lo sé y lo único que puedo hacer es escuchar y compadecerme. La verdad es que no sé qué solución hay para todas estas personas que cada día se sientan al otro lado de mi mesa: temporeros, peones de la construcción, empleados de almacenes y pequeñas empresas sin ningún tipo de especialización. O sí lo sé: no existe ningún futuro para ellos porque en España no se volverán a construir ochocientas mil viviendas al año, no existe ningún futuro para ellos porque las tareas del campo se mecanizarán cada vez más. El panorama es así de desolador. Conozco a Mahamet desde hace años, no tiene familia, vive en pisos patera durmiendo en colchones sobre el suelo y comiendo arroz cocido con pastillas de caldo avecrem. Es un hombre alegre de ojos brillantes y siempre un poco inyectados en sangre. Si alguna vez me ve por la calle siempre me saluda diciendo mi nombre y alzando un brazo. Todavía es bueno, todavía tiene esperanza, la realidad no ha logrado, todavía, socavar sus cimientos. Ojalá nunca lo haga. Siempre que hablo con él me fijo en unas cicatrices simétricas que adornan su rostro de ébano. Juego a imaginar que son el resultado de alguna especie de ritual mientras visualizo rechonchos baobabs, chozas de espino, tierra roja, los mugidos de vacas de cuernos inmensos bajo el cielo azul. ¿Son esas cicatrices las que le dan la fuerza necesaria para seguir adelante?

17 comentarios:

NáN dijo...

¿Para cuándo un mundo a la medida de todos los hombres?
¿Ah? Que de ese tema se hablará el siglo que viene. Cosas de la Agenda. Por si acaso no estoy para intervenir, ¡que os jodan!

estrella dijo...

Otra vez, gracias.

No he asomado para decirte lo que pensaba de tus relatos veraniegos y lo siento. Pero hoy no me resisto.
Respecto a lo que cuentas, tú sabes bien que, en buena medida y como sigamos así cada vez más, unos nacen con estrella y otros estrellados (ay! estrella...)

Quiero decir que los que nacen en tres cuartas partes del mundo lo tienen muy pero que muy mal para caminar por la vida mientras el resto nacemos en la abundancia y el derroche. De todo. Y encima, no paramos de quejarnos. Cuando se ha vivido por un tiempo en esa otra parte uno se avergüenza de esa actitud vital. Y es que no sabemos siquiera qué significa abrir el grifo de la casa todos los días y que por él salga el agua que tan alegremente mal utilizamos. En fin... es lo de siempre, Juan. Esto daría para sentarnos a conversar y conversar... Por otra parte, saber escuchar, atender, y utilizar una palabra amable puede servir para que esas cicatrices no le lleguen a lo más profundo.

Y para terminar: el comentario de NáN lo hago mío. Dan muchas ganas de decirles eso y más a los que gestionan la riqueza de todos nosotros.
Ah! y he 'colgado' tus palabras en mi 'face' porque quiero que otros te sepan.

Buen día para todos.

Elvira dijo...

Te leo y me quedo pensando, sintiendo. No sé qué decir, me gustaría saberlo. Y recuerdo a algunos que trabajan para grandes agencias humanitarias y cobran a lo mejor 9.000$ al mes. No entiendo nada.

la luz tenue dijo...

Al pobre, al débil, solo le queda la dignidad. Y a veces los golpes de la vida son tan duros que es imposible mantenerse en pie.

No sé de quien es la culpa. No sé si hay solución para gente como Mahamet

Jesús Miramón dijo...

Es desolador darse cuenta de que tras los rotundos y carísimos fracasos del fascismo y el comunismo la ideología vencedora, la democracia capitalista, acabó derivando en el neoliberalismo, un modelo defensor de la competición y la ley del más fuerte, capaz de sobrevivir y triunfar incluso sobre la misma crisis que sus valores o, más bien, su ausencia de valores, ha generado. Sus víctimas serán tan cuantiosas como las de Hitler o Stalin, pero más invisibles porque se reparten a lo largo de décadas de injusticia y expolio.

A veces temo que sólo habrá un mundo a la medida de todos los hombres cuando ésa sea la única alternativa posible a nuestra desaparición, de igual modo que sólo dejaremos de agotar los recursos naturales cuando nos enfrentemos directamente a la posibilidad inmediata del desastre. La pregunta es si estaremos a tiempo.

Nán, Estrella, Elvira, José Manuel, un abrazo.

Miguel Baquero dijo...

No, no hay futuro para ellos en España. Lo único factible es arreglar algo las cosas en sus paises de origen para que retornar a ellos no resulte muy traumático y tengan futuro allí, pero sea por egoismo, por un lado, o por melindrismo, por otra parte, el caso es que nunca se adoptará esa medida, que creo es la única sensata.

Jesús Miramón dijo...

Miguel, yo no digo que no haya futuro para los trabajadores extranjeros de la construcción y el campo, lo que digo es que no lo hay, en ese tipo de trabajos poco especializados, para nadie, para los españoles tampoco, y la idea que esbozas, arreglar algo sus países para que se vayan del nuestro y tengan futuro allí, no deja de resultarme un poco cínica por lo que tiene de oportuna e imposible.

Sé que lo que voy a decir puede parecer, tal vez lo sea, infantil y poco serio, pero en el fondo de mi corazón siento y creo firmemente que cualquier hombre honrado y trabajador debería poder viajar y vivir donde se le antojase, en cualquier lugar de la tierra. Me cuesta aceptar que los seres humanos podamos ser prisioneros de las fronteras de nuestro país.

añil dijo...

Tremendo tema el de la inmigración.
Supongo que sólo nos queda colaborar cada uno en su medida e intentar que estas personas vivan lo más dignamente posible.
Yo siempre pienso ¿y si mañana me toca a mí estar en su situación?

Un beso

estrella dijo...

Me vas a disculpar, por favor, Jesús... escribí tu nombre en falso.Te llamé Juan. ¿Qué estaría yo pensando? Estaría entre el sueño y la vida, seguramente...
Buen día para todos.

NáN dijo...

Buen día, Estrella.

Tus explicaciones sobre cómo funcionan las cosas son certeras. Solemos criticar a los políticos, cuando no hacen otra cosa que jugar el partido cumpliendo los reglamentos superiores. Cuando se salen del reglamento, no les apoyamos. Otra cosa es la corrupción, o los que defienden y ayudan a que se extienda este sistema.

Lo que quiero decir con esto es que es una responsabilidad de TODOS y al criticar en general a los políticos hacemos como esos padres con niños maleducados que echan la culpa a la escuela donde estudian.

En cuanto a lo de si estaremos a tiempo de evitar el desastre, creo que todavía lo estamos para evitar que el desastre lo sea total; ya no lo estamos para que no se produzca, porque se está produciendo. Los científicos, con sus estudios de modelización, hablaban de una primera fase de abundancia de acontecimientos climáticos extremos (las inundaciones de Pakistán han dejado sin casa ni trabajo a millones de personas; las sequías de Rusia están llevando el hambre a países necesitados de importar cereales).

Pero no parece que se esté por tomar las medidas necesarias. La adición al petróleo está causando el deshielo del polo norte. Hay potenciasy grandes empresas encantadas, porque la pérdida del hielo permitirá la navegación y se podrán rentabilizar las reservas petrolíferas que hay allí.

Fastuoso, que dice Forges.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Añil, es que es tan sencillo como eso: no trates a los demás como no te gustaría que te tratasen a ti. Un beso.

Enric Batiste dijo...

Jesús, me sumo al ojalá de tu texto. Un tema muy complejo el que planteas. Hay autores que van desgranando minuciosa y críticamente los diversos aspectos de la diversidad en nuestra sociedad global, cautiva por los valores del mercado libre, desorientada y con poca capacidad de respuesta ante el aumento exponencial de las múltiples diferencias de origen y de cultura, de género, de capacidades, de edad... Vandenbroeck, por ejemplo, denuncia de qué manera desde el pensamiento dominante se despliega una privatización encubierta de los bienes y servicios públicos, como la educación, con argumentos capciosos enunciados como «autonomía» o «libre elección», cuando y donde tendríamos que hablar realmente de interdependencia y elección colectiva y cooperación. Una vez más, se transforma un fenómeno social en un problema particular y se buscan las soluciones en una dinámica de individualismo.
Es difícil, es complejo, me cuesta ver que haya voluntad de cambiar este estado de las cosas.

Un abrazo

Jesús Miramón dijo...

¡NO pasa nada, Estrella, no es la primera vez que me pasa! Y además siempre me llaman Juan o Pablo, no sé por qué, debo tener cara de llamarme así. Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Estoy de acuerdo, Enric, es necesario insistir en esos conceptos: interdependencia y cooperación, que no deja de ser el todos que describe Nán. En cualquier caso hay un individualismo valiosísimo y dotado de más poder del que podemos imaginar: el de nuestro ejemplo diario, nuestra actitud ante las cosas y los demás, la herencia de nuestros hijos. Un abrazo.

Anónimo dijo...

No hay futuro para los emigrantes y quizá tampoco para nosotros. Pero todavía vivimos en un país donde, a pesar de todo, un emigrante puede ir a una oficina pública y encontrar a un funcionario que lo trate con corrección y que le solucione o intente solucionarle algún problema. Eso está bien y deja abierta una puerta a la esperanza que la realidad y la mediocridad, por no decir otra cosa, exhibida en los telediarios por los que dirigen, o quieren dirigir, este país, se encargarán de ir cerrando poco a poco.

carlos

estrella dijo...

Gracias NáN, Jesús, Enric, Anónimo... por las palabras, por la esperanza -aunque no sea mucha- de que nuestra actitud ante la desigualdad y la manera de estar con los otros, sea donde sea y con quienes sea, sirva para convivir, respetar, ser solidarios y que nuestros hijos vean y sientan que ése es el camino. Y también gracias por 'entender' mi despiste, Jesús.

Lo digo casi siempre y no me importa volver a escribirlo: da gusto pasar por esta casa.

Buenas y tormentosas noches. Sin exagerar, pero bienvenidas sean (sé que Jesús estará de lo más feliz)

Jesús Miramón dijo...

Gracias, Carlos, me gusta mi profesión.

Estrella, no dudes que estoy disfrutando como un loco de la lluvia y el frescor, ¡como un loco!

:-)