miércoles, 8 de septiembre de 2010

Tarde o temprano

Ese vecino que lleva dos bolsas de basura hacia los contenedores de la esquina vestido con bermudas viejas, chanclas de piscina y una camiseta agujereada (su personal versión de «ropa de estar por casa», tal vez alguien debería decirle que parece un vagabundo), ese hombre que camina con la mirada en el suelo, abstraído en sus pensamientos, lloró hace unas horas viendo una película de dibujos animados, ¿puedes creerlo? La historia va de juguetes abandonados o más bien, en realidad, del paso inexorable de los años. En las secuencias finales -estaba solo frente a su ordenador, podía dejarse llevar- lloró como una magdalena, sin reparos, a moco tendido, y lo curioso es que no es la primera vez que le pasa en los últimos tiempos, sin ir más lejos hace unos días también acabó sonándose la nariz viendo el desenlace de «Las invasiones bárbaras», una película muy distinta. Pero qué desahogo le producen esas convulsiones y lágrimas: cuando han terminado se siente limpio, liberado, ligero. Quizás se está volviendo demasiado blando, ¡a este paso acabará llorando viendo anuncios en la televisión!

Tras depositar las bolsas de basura en sus respectivos contenedores regresa a su casa por la acera. Los nidos colgantes de los aviones comunes vuelven a estar vacíos. Corre un poco de aire fresco, ¿será verdad que van a bajar las temperaturas? Al fin y al cabo alguna vez deberá suceder, tarde o temprano vendrá el otoño, no hay nada que pueda hacerse por evitarlo.

29 comentarios:

NáN dijo...

A mí, aunque vayas en andrajos, nunca me parecerás un vagabundo. Y yo también lloré a moco tendido con las Invasiones bárbaras.

Que lo sepas bien sabido.

NáN dijo...

Tienes razón, no se puede hacer nada para evitar que llegue el otoño.

Pero dime: es cierto que muchos viejos tienen mala uva. A lo mejor prefirieron dejar de aprender.

Pero si no es así, ¿no te parece que con los años uno se vuelve mejor persona? No más blando, sino más tierno y buena persona.

Jesús Miramón dijo...

¿Tú también lloraste? Pues que sepas que ese señor, que había visto la primera película, «La decadencia del imperio americano», hace muchos años, vio la segunda, «Las invasiones bárbaras», por recomendación tuya (igual que se compró por recomendación tuya "Mitologías de invierno» de Michon, que le gustó muchísimo, o «Elizabeth Costello» de Coetzee, que está esperando su momento en el montón de la mesilla).

Por mi experiencia tratando desde hace años con «viejos» puedo decirte que hay de todo, claro: quien no ha aprendido nada, quien ha aprendido mucho, quien se ha vuelto más rencoroso y cínico y también, desde luego, quien se ha ido haciendo mejor persona (porque ya lo era antes). Porque creo que la edad acrecienta los aspectos de la personalidad que existen en la juventud y a lo largo de toda la vida. Quienes se vuelven más tiernos es porque, de una manera menos evidente, bajo la superficie, ya lo eran antes, aunque no lloraran con tanta facilidad.

Un abrazo.

Elvira dijo...

Seguro que estabas estupendo con tu camiseta agujereada. :-)

Totalmente de acuerdo con el segundo párrafo de tu último comentario. Es algo que yo siempre digo también, lo tengo muy observado. Dice una tía mía que los de nuestra familia (paterna) son más bravos de jóvenes y se vuelven más tiernos con los años. Es que si no es así, no hemos aprendido nada de nada.

Besos a los dos

PD: Quiero ver Toy Story

Jesús Miramón dijo...

Hola, Elvira, te recomiendo encarecidamente «Toy Story 3» incluso aunque no hayas visto las anteriores, que también me gustaron mucho en su día. Ésta cierra la trilogía y no creas que es toda de llorar, todo lo contrario, te ríes constantemente, hay tantos homenajes cinematográficos, caricaturas de estereotipos, frases ingeniosas, giros inesperados... pero al final sí dan ganas de llorar, al final... bueno, mejor no te digo nada y la vas a ver, ¿vale? En Barcelona seguro que hay cines donde la ponen todavía (yo por desgracia la tuve que ver en mi portátil, descargada de internet, aquí no hay cine).

Un besazo.

Enric Batiste dijo...

Jesús, Jesús, sé que hay una cosa que no se puede decir, que es una tremenda tontería, e innecesaria por lo demás, pero si una vez tengo que atreverme a escoger cuál es mi película favorita, Las invasiones bárbaras podrían destacar en primer lugar. Así como una vez dije que El declive del imperio americano, también de Dennis Arcand, supuso para mí una espléndida "convulsión", tengo que decir que Las invasiones bárbaras, cada vez que la veo, me causa una honda "conmoción", y más de una vez también he llorado.

Un abrazo emocionado

Diva Gando dijo...

Menos mal!!! Pensaba que era la única que había llorado con Toy Story 3...

QuiaSint dijo...

¿Ya se puede bajar?

NáN dijo...

Espere a que el tren se haya detenido por completo, Quia Sint.

molinos dijo...

Yo también lloré con Toy Story y con las invasiones bárbaras estaba tan acongojada que no pude ni llorar.

Ah.y mi ropa de estar en casa está en la escala siguiente a "mugrienta".

A filla do mar dijo...

Yo también lloré, claro, con ambas, pero lo mío no tiene mérito. Yo hace años que lloro con los anuncios. Normalmente más de emoción que de pena.

Y lloro prácticamente con cualquier cosa. Pero con lo que más me gusta llorar es con la lectura.

Es que yo el llanto lo disfruto un montón.

Bicos.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Enric, ¡a ver si al final vamos a ser todos unos llorones! «Las invasiones bárbaras» es una película cojonuda. Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

¿Tú también, Diva? ¿Ves? No, si ya digo: tenemos el corazón de miel con nueces. Yo es que no pude evitarlo. Un beso.

Jesús Miramón dijo...

Ya se puede bajar, mon ami, en calidad de imagen DVD y sonido en español un poco cutre pero bastante decente (con dos o tres apariciones de subtítulos en chino, eso sí). Aquí. ¡Viva Internet! ¡La salvación de los paletos que viven en sitios donde no hay cines ni nada!

Jesús Miramón dijo...

¿Hay algo más maravilloso que andar por casa con ropa de estar en casa, Moli? Bueno, vale, sí, lo hay, muchas cosas en realidad, de acuerdo, en un segundo mi cerebro se ha llenado de ellas, pero... ¿a que es comodísimo?

Jesús Miramón dijo...

A filla, dices como quien no quiere la cosa: «Es que yo el llanto lo disfruto un montón». Una frase homérica, sobran las palabras.

Un beso.

*(Yo también)

Sue dijo...

Voy a tener que ver esa peli...

Oye, que me ha gustado el post.
Yo tenía una camiseta agujereada y desteñida que me encantaba, en la época universitaria. Mi madre me la tiró a la basura junto con unos estupendos jeans gastados. Decía que estaban rotos!
Ays, qué sabrás tú" le dije llorando.

Jesús Miramón dijo...

Hola, Sue, encantado de conocerte. Nada como la ropa vieja y desteñida que te cae como un guante. Es un gusto que no se pasa nunca, que dura siempre. A mí también me tiró mi madre alguna prenda sagrada a la basura pero yo entonces aún no lloraba, me limitaba a cabrearme como un gorila mientras ella no me hacía ni caso. Bienvenida a mi blog.

añil dijo...

Hay momentos en que el cuerpo pide llanto y es igual lo que le ofrezcas, invasiones bárbaras o E.T.
Estoy de acuerdo con NáN, nunca parecerás un vagabundo por muy andrajoso que vayas.

Un beso

Jesús Miramón dijo...

Es que él y tú me veis con buenos ojos, Añil (lo cual agradezco mucho, claro). Un beso.

:-)

Anónimo dijo...

Muchas gracias Jesús, ha bajado en un voleo con el JDowloader. A ver si este fin de semana saco tiempo para verla.


Bolo

Elvira dijo...

Ayer vi Las Invasiones Bárbaras (resulta que mi hija la había comprado) y también lloré al final. Toy Story sólo la hacen en un cine que me queda en la otra punta de Barcelona y me da pereza (35-40 minutos para ir allí). Así que esperaré a que esté en mi videoclub.

No me extraña que te irrite el ruido de las fiestas, a mí me pasa igual. Besos

Jesús Miramón dijo...

Tú sí que sabes, Bolo!

:-)

Jesús Miramón dijo...

Hola, Elvira, me alegro de que te gustara y también de que llorases al final. Ahora que vuelvo a pensar en la película: qué guapa guapísima es la actriz que interpreta a la hija yonqui, ¿verdad? Me enamoré de ella.

Sobre las molestias de las fiestas lo dicho en la entrada de ayer: soy un cascarrabias. En cuanto pueda permitírmelo me iré de aquí en estas fechas.

Besos.

Elvira dijo...

Si lo entendí bien (era versión original sin subtítulos, y un francés un poco raro el de Canadá), esa chica tan guapa era hija de una amiga del protagonista, ¿no? Él la llama su ángel guardián, justo antes de morir.

Portarosa dijo...

Lloré con ambas, yo también.

Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Sí, Elvira, es hija de una de sus antiguas amigas (y amantes). La actriz se llama Marie-Josée Croze. Inicia a Rémy en la heroína para paliar su sufrimiento y le ayuda a morir.

Jesús Miramón dijo...

¿Tú también, Bruto? No sé por qué, espero que te lo tomes a mal, pero no me sorprende, querido Porto. Un abrazo.

Jesús Miramón dijo...

Espero que NO te lo tomes a mal, quería decir, claro.

Jó.