Muchas de mis ambiciones se cumplieron. Se cumplirán mañana. Ambiciones pequeñas, diminutas, casi inexistentes. Gano y pierdo batallas cada día. Batallas sin prisioneros y batallas piadosas en una sucesión sin orden ni concierto, al albur de la corriente del río que me arrastra. Todo ha ocurrido y todo ha de suceder.
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2 comentarios:
Bendigo ese río. También la conciencia (rara) que tienes de él. Y Más todavía que te ocupes de contárnoslo.
Un abrazo muy muy fuerte, Nán.
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