Sí que hay cosas nuevas bajo el sol. Bueno, en realidad no son cosas: son personas únicas e irrepetibles. Una de las ventajas de seguir vivo es que te permite conocer humanos que no conocías, seres dotados de un atractivo especial, una inteligencia en su mirada, una sonrisa, una bonhomía maravillosa. A mí me ha pasado hoy. Me ha pasado muchas veces en el trabajo, ante mí desfilan decenas de congéneres cada día, pero ha sido por la tarde, con un compañero de mi hijo, actualmente bombero forestal interino cubriendo un permiso de paternidad. Un compañero suyo que tiene mi edad. Hemos conectado, no puede decirse de otra manera. Somos muy distintos, o tal vez no (esto lo diría Carlos Miramón: no sois tan distintos, en absoluto lo sois, y tendría razón). Sí que hay cosas y descubrimientos y mundos nuevos y personas nuevas bajo el sol. Pardina, me has caído muy bien y te agradezo mucho que encontraras en el monte las llaves del coche que mi hijo perdió ayer. Eres especial, y lo sabes. Vivir es esto: la posibilidad de descubrir pequeños tesoros, personas nuevas, rostros y sonrisas nuevas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sin comentarios
Publicar un comentario