Todo es lo de antes y, sin embargo. Hoy es martes, y mañana miércoles. Se ha hecho de noche poco a poco, imperceptiblemente y perceptiblemente al mismo tiempo. Comienza un nuevo año en mi cultura, mi civilización, mi ámbito político y religioso; comienza un nuevo año en mi mundo y se llama dos mil veinticinco. He conocido otros en el pasado, que emergieron y desaparecieron tras doce meses y cuatro estaciones de vértigo tranquilo. No soy más que el musgo que crece en la corteza del árbol que mira hacia el norte; no soy menos que la piedra pulida durante siglos por la corriente de un pequeño arroyo de montaña que nadie ha visto jamás. Llegó la noche y me rodea ignorándome, como hacen los gatos. Me acostaré, cerraré los ojos y algo no necesariamente parecido a mí los abrirá en ese mismo instante en otro lugar, en otro mundo, otro planeta, otro tiempo.
martes, 7 de enero de 2025
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